Bienvenida a la vida de Shantjoti Kaur no es un cuento, ni un libro de autoayuda, ni una novela de ficción ni un manual de meditación. Es un relato autobiográfico en donde la autora nos regala todo aquello que brotó de sí misma cuando decidió abrazarse con fuerza y nacer de nuevo. Esta última frase puede parecer muy abstracta, pues ¿qué significa «abrazarse con fuerza» y «nacer de nuevo»? La pregunta correcta, sin embargo, es otra: ¿qué se siente al abrazarse con fuerza y al nacer de nuevo?

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Y es que de sentir va a este libro. No creo que sea una lectura para entender con la mente, sino con el corazón o con lo que sea que allí habite. Shantjoti Kaur recomienda leerlo para disfrutar de la vida. En él se habla de meditación, de autenticidad, sencillez, belleza, espiritualidad, naturaleza... Y el tono del relato está muy influenciado por el estado de la autora en el momento en que lo escribió, ese estado en el que ella se buscó a sí misma. 

Por tanto, ¿de dónde salen realmente las palabras que leemos, las letras que observamos, los pensamientos que nos sugieren o los sentimientos que nos suscita? ¿De ella o de lo que fue encontrado por ella? Como un infinito kōan, el libro te reta con su ausencia de estructura argumental y espaciotemporal, proponiéndote una danza que no sabes dónde empieza y dónde termina

No podemos dejar de ser quienes somos realmente. Este es el camino de esta vida.

Esta propuesta, alejada de las reglas narrativas, propicia agradables encuentros en el lector. ¿Por qué? Porque entras en cierto estado meditativo a medida que avanzas en Bienvenida a la vida de Shantjoti Kaur. Puedes encontrarte con una frase como «Deshacer la tendencia de la mente» y, sin embargo, leer «Deshacer la tendencia de la muerte». Es un juego. Tu juego. Y entras en él porque sales de ti leyendo. Es curiosa la implicación que desarrollas con el libro teniendo en cuenta que es un relato autobiográfico que habla de otra persona

Intuimos, además, que Shantjoti Kaur es una autora que tiene mucho que aportar. Aunque en esta obra se ha dejado llevar, literalmente, es alguien con un gran trabajo interior y conocedora de los secretos de la vida, una gran exploradora de lo invisible. Está claro que en Bienvenida a la vida no ha querido hacer una exposición sobre ninguna técnica ni escuela ni corriente espiritual, pero tampoco es alguien ajeno a todo esto.

Yo sé que mi casa es infinita, pero también sé que no está aquí.


Bienvenida a la vida sorprende porque puede hablar de temas trascendentales en un momento y, al otro, de algo muy mundano, como el confinamiento o la pandemia. A veces sentía que la autora se alejaba de nuestro mundo, pero en otros la notaba muy cerca. Unas veces en su individualidad y otras volcada en el Todo. Hay una pequeña historia de amor, asistimos a un nacimiento, pero también ella está en otros campos más sutiles. 

Las frases fluyen y se entremezclan. No es que sea un lío, es que este mensaje está entrelazado en otro tipo de red. Muchos textos me los guardo para mí porque hablan de mí y, de la misma forma, otros textos hablarán de ti y por ello yo no puedo enseñártelos.  

Quiero pararme en uno de los temas que la autora trae al lector: la meditación. Muchas veces vemos la meditación como relatos heroicos en los que se consigue una Verdad o un estado superior de forma fácil, pero Shantjoti Kaur expone, a través de su propio ejemplo, todo el caos del alumno como buscador meditativo de carne y hueso que busca algo que no es de carne y hueso y, por ende, encuentra obstáculos en el camino. Sus relatos son muy humanos y sinceros. 

Las emociones que no elegimos crean tantas realidades... que los destinos son erráticos.

Si tuviese que resumir Bienvenida a la vida de Shantjoti Kaur, lo haría con una frase extraída del propio relato: «Prefiero explicarte qué es lo que siento, para que pueda recordarte lo que tú alguna vez has sentido». Esto es Bienvenida a la vida, un recordatorio para sentir, sin reglas, ni etiquetas, ni categorías, ni juicios. Solo el libro y tú.

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