Hoy hablamos de la pieza teatral de Agatha Christie, La ratonera, editada con agradables ilustraciones por Vicens Vives. Este libro es muy completo, como suelen ser todas las lecturas de la editorial. Comienza con una interesante introducción que nos desvelará algunos entresijos de la autora, así como de la obra que tenemos entre manos, y continua con unas notas aclaratorias a lo largo de la lectura. Al final del libro, encontramos una serie de actividades para que los más jóvenes aprendan a analizarla en detalle y, como ya he comentado, por el camino nos iremos deleitando con las ilustraciones de Tha, a quien desde aquí doy mi enhorabuena por embellecer la obra.

Vicens Vives

La Ratonera es una pieza teatral breve que se desarrolla en tres actos y contiene todos los elementos necesarios para mantener el misterio propio de Christie. 

Nos situamos en una antigua y alejada mansión convertida en hotel, donde una joven pareja de anfitriones y sus huéspedes quedan aislados por la nieve. Momentos antes, la radio había anunciado un crimen cometido en Londres. Por este motivo, un sargento de la policía se presenta en el lugar para evitar otras muertes similares. Pero una vez reunidos, todos los personajes de la mansión tienen mucho que esconder, y un asesinato más acontecerá al ritmo de la inquietante canción infantil Tres ratones ciegos.

Esta historia es la reescripción que hizo la autora de su novela Tres ratones ciegos, con la intención de transformarla en una obra que pudiese ser representada. Por tanto, es una lectura donde vamos a encontrar muchos diálogos propios del género representativo, y, también, una trama más sencilla a la hora de resolver el crimen. Así pues, es un buen libro para realizar un tímido acercamiento a Agatha Christie.

Para mí, La ratonera se presenta como un compendio breve que recoge de manera magistral la esencia de la reina del crimen. Por un lado, presenta un escenario elegante y majestuoso. La mansión se erige en medio de la nieve con ese orgullo propio de los edificios antiguos y una bella atmósfera de decadencia envuelve el escenario donde se va a suceder esta intrigante pieza teatral. Por otro lado, los personajes se perfilan de manera superficial, aunque en esta historia, veremos un poco más los entresijos de los mismos porque se entrelaza el presente con el pasado. Me gusta mucho cuando un crimen del presente tiene influencia de actos pasados, pues esto otorga a la obra una intriga superior. Aún así, los protagonistas son meros vehículos que nos llevan a la resolución del crimen, sin mayor relevancia en la historia. Tienen un claro trasfondo crítico, pues nos encontramos con jóvenes emprendedores (por ejemplo, la pareja que regenta el hotel) que contrastan con algunos huéspedes más clasistas. En la interacción veremos claramente estas oposiciones, pero un rasgo que les caracteriza a todos es el aire elegante que resalta incluso en las personalidades más desorganizadas del relato. El tema central es la caza del asesino y tiene un final impactante. Estos cuatro puntos son el eje de Christie, y estos cuatro puntos, en pocas páginas, son degustados en La ratonera.

No sé si alguno de vosotros ha tenido el gusto de disfrutar de un juego de mesa llamado El Cluedo. A mí, personalmente, me encantaban todos los personajes, por su elegancia y sus secretos. También las armas, las distintas salas y las miles de posibilidades de descubrir quién es el asesino. La ratonera me ha transportado a este juego de mi adolescencia y me ha hecho sentir que, en parte, leer esta obra es de alguna manera ser partícipe de ella. Pues es inevitable no apostar por algún personaje como inocente y juzgar a otros como culpables, a sabiendas de que el resultado final es impredecible. 

Para quienes quieran enlazar esta obra con otra novela breve de género policiaco clásico, pueden leer Un acto reflejo de Ana Gomila.