Hoy es un día de esos en los que te das cuenta de lo que realmente merece la pena. Porque hoy ha cumplido años mi mamá, y sin embargo, yo he estado tan cargada de trabajo, que apenas he podido dedicarla un rato. Ni si quiera he podido estar con ella físicamente. Pero, precisamente, esto es lo que quiero regalarla: mi día de trabajo. ¿Por qué?


Mamá, te dedico mi día de trabajo porque en él reside mi sueño. Quiero que mi regalo sea la promesa de que todo lo que has confiado en mí, te será devuelto. Los pájaros de mi cabeza nos harán volar. Tú que siempre le sostuviste la mano a esta niña descarriada, que se niega a seguir el camino establecido, que se salta todas las normas y que está decidida a crear su propia realidad. Tú que me aportaste tu sonrisa en los días más oscuros, sobre la cama de un hospital, o en medio de las noticias desagradables. Y tú que me miras con orgullo, y que me proteges de todo y de todos. 

Hoy, quiero deciros a todos, y sobre todo, a mi madre, que la decisión que tomé hace tres años late más fuerte que nunca. Quiero dedicarme por entero a la literatura y por ello, a partir de enero, La Reina Lectora ya será una empresa. ¡Esta es mi segunda sorpresa de 2019! Y aunque mis padres ya son conocedores desde hace mucho de mi decisión, quería anunciarla este día porque esta está dedicada a la persona que me dio la vida. Y te prometo mamá que me verás triunfar. 

Somos lo que somos gracias al amor que recibimos. El amor puede hacer que nos hagamos chiquititos o que sin embargo, nos convirtamos en gigantes. Yo he luchado con muchos monstruos a lo largo de mi vida, alguno de ellos físicos, por una pequeña (pero maestra) enfermedad que me acompaña desde pequeña, y otras veces emocionales, por esa forma mía que tengo de escuchar siempre a mi corazón antes que a mi lógica. Pero en todas estas batallas, la mano amiga, mano protectora de mi madre, ha estado ahí. Los ojos brillantes, verde esmeralda y la sonrisa perenne que siempre me ha regalado, me han hecho grande e infinita en la vida.

Así que hoy, mamá, te dedico mi proyecto, te dedico mi sueño y te dedico mi día de trabajo. Porque tú me has enseñado a ser honesta, a tratar a los otros con amor y a ser valiente. Y ahora todo eso es lo que vuelco en cada cosa que hago en mi vida. La Reina tiene una madre maravillosa, y hoy, aunque en la distancia, celebramos cada uno de los días que pasamos a su lado. Porque si algo queremos conseguir en esta vida, no es el éxito, sino tu admiración.



Para que siempre estés orgullosa de mí, mamá.

Feliz cumpleaños.