A veces, me gusta adentrarme en esas historias sencillas que encierran, sin embargo, muchas cosas. Sigo creyendo que un dibujo vale más que mil palabras, aunque las palabras son siempre bonitas y bien recibidas. Sin embargo, la capacidad de un dibujo de sobreponerse a ellas me causa, también, admiración. Y en este sentido, hoy sale a la venta Gus no quiere ir de caza de Tyto Alba, una fábula sobre la amistad editada por Nuevo Nueve con imágenes y palabras que trabajan juntas.

Gus no quiere ir de caza Tyto Alba

Gus no quiere ir de caza de Tyto Alba tiene como protagonista a un perro cuyo deber, a priori, es ser cazador. Es un simpático perro salchicha muy flexible al que conocemos en una primera escena preciosa: está paseando por un bosque otoñal. Pronto, su dueño comienza a instarle para que se dedique a cazar y deje de perder el tiempo, pero Gus se las ingenia para escabullirse de esta actividad. La segunda escena supera a la primera en cuanto a ternura: Gus abrazando al hijo del cazador en vez de cazar a animalitos del bosque.

El texto consiste en una frase negra sobre fondo blanco junto a la página a todo color que recrea las escenas de Gus pintadas por el propio Tyto Alba. Está claro que en cantidad la imagen le gana terreno a la palabra, pero no es eso lo que importa, sino la profundidad del relato, que se encuentra, precisamente, cuando la imagen contradice a la palabra. 

Mientras que el cazador le apela, enfadado, a que haga su trabajo, vemos como Gus hace su trabajo, sí, pero salvando a los conejos que quieren cazar en vez de cazándolos. Mientras el cazador le dice que nadie le querrá por ser un perro que no sabe cazar, Gus aparece rodeado de amigos a los que prefiere cuidar en vez de herir. En un solo vistazo, cualquier lector de cualquier edad puede rápidamente crear en su mente una contradicción en la que gana Gus y no el cazador y esa elección nos pone un par de muebles más en la cabeza con valores muy positivos.

Aunque, para ser honestos, podemos decir que en este cuento de poco más de 32 páginas palabra e imagen trabajan juntas, se complementan. A veces se apoyan y, a veces, discrepan, como en la vida misma. Y, personalmente, en la discrepancia he encontrado mucho significado.

Gus no quiere ir de caza de Tyto Alba es una edición cuidada editada por Nuevo Nueve, de tapa dura, que alterna escenas de Gus a todo color con páginas en blanco sobre las que descansa una frase en negro, como es habitual en muchos cuentos. Habla sobre valores como la amistad y lanza, a grandes rasgos, el mensaje de que no tienes que ser lo que se espera de ti. Para ello, juega con la imagen y con la palabra. El protagonista, un perro salchicha tranquilo y bonachón, ¡y muy flexible!, es quien nos lleva por el bosque para enseñarnos estos valores en donde no entra, bajo ningún concepto, ¡la idea de cazar!

reina lectora