Hoy en día podemos encontrarnos muchos clichés en el género erótico. También seguramente en el género fantástico. Sin embargo, parece que a consecuencia de novelas como Cincuenta sombras de Grey, hemos elaborado en nuestro imaginario un tipo de literatura erótica muy encasillado en el rol machista dentro de una historia romántica. Es por ello, que al encontrarme con una novela erótica de argumento fantástico, la lectora que llevo dentro siente muchísima curiosidad. Nada de ricachones perturbados ni escenas románticas en hoteles de lujo con alto contenido sexual. Desde luego, el sexo entre elfos y otras razas se me antojaba más interesante.


¿Por qué decidí leer El virgo del príncipe elfo? Como lectora no asidua a la literatura erótica, e incluso romántica, pero sí fantástica, me pareció una gran oportunidad de abordar el género con una mezcla rara y diferente. Y la verdad es que este libro guarda varias sorpresas.

¿Cómo es la lectura de El virgo del príncipe elfo? Ante todo es equilibrada. Quizás este dato os puede parecer de poca utilidad, pero debo señalar que la historia tiene tan solo 102 páginas y muchas pretensiones. Quiere ganarse el género erótico y fantástico por igual con una historia compleja y en tan corta extensión, podría haber fallado, pero no lo hace.

Por un lado, hay un objetivo fijo desde el principio que da sentido a las escenas sexuales. Algunos libros tienen un argumento tan pobre que este parece una mera excusa para el folleteo de sus personajes. Sin embargo, Liz Wyler crea una historia coherente y además, nos sorprende desde el minuto cero presentándonos una sociedad hembrista donde las mujeres tienen la supremacía y los hombres están por debajo de estas. Con dicha estructura social, nos hace asistir a un torneo en el cual, las hembras de distintas razas competirán para ganarse el virgo del príncipe elfo y por ende, convertirse en reina. 

Como veis, llegados a este punto el lector tiene que cambiar radicalmente de pensamiento, pues es extraño concebir que las mujeres serán quienes compitan por desvirgar a un hombre. Las historias de príncipes y princesas que nos han contado son distintas. Para mí es el primer punto fuerte de la novela. Te hace pensar de otra manera. Es cierto que nadie quiere una sociedad de este tipo, pues todos buscamos la igualdad, pero estos argumentos extremos, te permiten reflexionar acerca de muchas cosas.

Y aquí empieza la aventura. Habrá distintos reinos que compitan por el virgo del príncipe, y cada uno de ellos está exquisitamente representado. Su vestuario, sus armas, su poder mágico. Me han parecido contrincantes muy coloridos y visuales, dignos del género fantástico. Nuestras protagonistas, una cazarrecompensas algo bruta y una elfa de alta cuna, crean también un binomio épico muy especial. Pero para épica la aventura que se les presenta en tan poco tiempo a ambas. Lucha, amor, sexo y despiste en un libro que se lee en una tarde. Excelente la parte argumental.




Las escenas sexuales se repiten sin descanso, pero con una erótica del placer que caliente hasta a los icebergs del Polo Norte. La lectura es muy calentita, y como podéis imaginar, hay momentos lésbicos, pero no son los únicos. Todo el relato está plagado de erotismo y el lector tiene la sensación de que no se rebaja la tensión en ningún momento. Todos los personajes están on fire, pero sin ser forzar.

A medida que avanzamos, nos daremos cuenta de que la autora juega al despiste con nosotros  para llegar al gran giro final. Un giro final cuya transición quizás es un poco débil (por culpa de la extensión del libro, seguramente), pero que no por ello deja de ser inesperado. Aquí está mi gran pega. Hay un claro juego de identidades que para mí es como si se desinflara la premisa hembrista y la autora diese marcha atrás llegado el final. Me ha gustado un montón el final por lo sorprendente que es, pero a la vez, me ha dado pena que todo se normalice de esa forma. Sé que no entendéis a qué me refiero porque quizás no habéis leído el libro. Sólo deciros que el cómo se suceden los acontecimientos podría abrir debate perfectamente.

En conclusión, me ha encantado la historia épica, me han gustado mucho las escenas sexuales (a pesar de que se presenten en grandes cantidades) y creo que el enfoque, así como el giro final, es diferente y atrevido. Además, Liz escribe muy bien y de forma ágil. Yo hubiese llegado hasta el final con ciertos asuntos, y hubiese preferido que el libro tuviese una extensión algo mayor, pero no es nada que enturbie mi buena opinión sobre él.



¿Volvería a leer algo de Liz Wyler? Sería fantástico que Liz siguiese indagando en esta mezcla de géneros. El resto de sus novelas tienen un corte más romántico y por el momento, no estoy muy metida en el género. Aún así, os dejo aquí las portadas por si alguna os llama la atención:


¿Qué te ha parecido este libro? ¿Conoces otros con enfoque hembrista? ¿Qué es lo que más te llama la atención de él?