Esto se merece una confesión. Nunca me han gustado los viajes en el tiempo. Y no es que yo haya experimentado muchos (de momento), pero si lo hiciese, creo que tendría serias dificultades para ubicarme temporalmente. El jaleo de fechas me pone la cabeza loca. Mi relación con los números es bastante pobre. Así pues, ¡auto-sorpresa! He leído un libro que trata precisamente sobre ellos, cuando mi tendencia natural es rehusar de esta temática. Y he descubierto que la autora también tiene sus propias dificultades con las cifras porque le han bailado algunos números a la hora de encajar sus fechas dentro de la historia. Esto es un fallo grande, sobre todo para un libro finalista del III Concurso Indie, pero al jurado les debe haber ocurrido como a mí: las letras han eclipsado a los números (jaque mate). 



¿Por qué decidí leer La viajera del tiempo? Lorena Franco es cada vez más conocida. Hace poco ha publicado una novela de éxito, Ella lo sabe, con el impresonante sello editorial B de Books. Sin embargo, creo que a un buen escritor se le conoce más profundamente por sus obras pasadas que presentes, porque son al fin y al cabo, su evolución. Atrás están sus proyectos más personales, y teniendo en cuenta que La viajera del tiempo fue autopublicada en un principio, podemos encontrar en ella a una Lorena más pura, sin influencias editoriales. Al fin y al cabo, cuando leemos las obras anteriores de un autor estamos también viajando en el tiempo, ¿verdad?

¿Cómo es la lectura de La viajera del tiempo? Los viajes en el tiempo parecen una temática reservada sobre todo para el género de ciencia ficción estándar (y más ahora que Interestelar nos ha pegado fuerte), pero pueden encajar muy bien en otro tipo de historias más sencillas. En este libro, Lorena Franco no se complica la vida y presenta una historia de drama familiar, viajes en el tiempo y literatura sin arriesgar demasiado (no pretende hacer un tratado metafísico ni tampoco marearnos con demasiados hilos argumentales o personajes cruzados). Cada uno de estos elementos aporta un ingrediente esencial al atractivo de la novela: el drama familiar añade melancolía y sentimentalismo; los viajes en el tiempo ponen la nota fantástica y la presencia literaria otorga el aire clasicista.
He leído varias críticas negativas sobre La viajera en el tiempo que hacen referencia a tres aspectos fundamentales: 1) el estilo narrativo, demasiado simplón, 2) la repetición de pasajes al ser narrados desde dos perspectivas distintas y 3) la obsesiva relación entre los hermanos.

Es cierto que cuando comencé a leer la obra, el estilo narrativo de Lorena no me gustó. Me parecía poco trabajo, pero después te vas dando cuenta de ciertos matices como por ejemplo, que cada personaje tiene su propia forma de narrar. Lía es impulsiva, espontánea y distendida, mientras que su hermano Will es pausado, reflexivo y melancólico. Lía no se comunica de la misma manera que Will, ni tampoco comparte con él ciertos aspectos como el sentido del humor. Por tanto, no hay sencillez en la escritura, sino versatilidad. Según en boca de quién esté el diálogo o la perspectiva, tendremos una narración más trabajada y profunda, o un texto más adolescente y alegre. Igualmente cambia el lenguaje según la época.

Por otro lado, también soy de las que se quejan de lo aburrido que es leer libros donde te dan dos visiones de una misma situación. En La viajera del tiempo, los dos hermanos nos quieren relatar su experiencia de un mismo acontecimiento, pero por alguna extraña razón (quizás la misma que me ha llevado a leer un libro sobre viajes en el tiempo), me ha gustado mucho. No tenía la sensación de estar leyendo lo mismo porque Lía y Will son, como ya he dicho, totalmente diferentes. Cuando Lía contaba una escena, te reías sin parar de sus ocurrencias, pero cuando era Will quien lo relataba, te quedabas reflexionando sobre sus palabras



El vínculo entre los hermanos me ha parecido uno de los elementos más atractivos del libro. Puede parecer surrealista lo que llegan a hacer el uno por el otro, pero para mí ha sido muy tierno y a la vez, también muy turbio. Me recordaba en algunas ocasiones a Flores en el Ático, salvando las distancias, pero es que cuando se plantea que dos hermanos se puedan ya no querer, sino amar (sin componente sexual de por medio ni deseo carnal), elevamos el nivel de dramatismo de toda obra. 

En el libro hay misterios suaves, por lo que es mejor dejarse llevar para poder disfrutarlos. Si alguien empieza a darle vueltas al asunto antes de tiempo, posiblemente llegue a la solución también antes de tiempo, pero la magia está en que a pesar de la simpleza, los plot twists pueden pillarnos desprevenidos. Así que, no seáis impacientes, dejaros sorprender. Los misterios tienen que ver con quién es la viajera del tiempo, quién es el misterioso escritor cuya obra fue creada entre 1808 y 1813, por qué ha desaparecido Will y en general, qué lugar ocupada cada personaje en la historia. La literatura tiene un peso importante y esto me ha encantado. Un libro del siglo XIX es el núcleo central y la literatura de terror del siglo XXI es el murmullo que acompaña a la obra, ya que la madre de Lía y Will, es escritora de novelas de terror y está siempre encerrada en un cuarto oscuro creándolas. 

Como veis, es una obra de diferentes texturas. Es oscura, vintage, psicodélica y modernista. Es drama, humor, amor y rencor. Es el entierro de una madre que ha rehusado del cuidado de sus hijos en el presente y el viaje sobre el lomo de un caballo al término del atardecer en el pasado. Es la risa de Lía y la depresión de Will. Es una historia de la que te acabas encariñando.

La única gran pega es que en una obra tan sencilla y corta, no debería haber fallos garrafales como lapsus temporales (no encajan las fechas si tenemos en cuenta la frecuencia con la cual se abre el portal temporal que trasporta a los viajeros a otras épocas) y aspectos mal documentados sobre la vida en EEUU del siglo XIX. A mí no me han impedido disfrutar de la lectura, pero creo que hay que cuidar la calidad en todos los sentidos y es necesario comentarlo.


¿Volvería a leer algo de Lorena Franco? Por el momento me quedo con el buen sabor de boca de La viajera del tiempo y espero con deseo el lanzamiento de Perdida en el tiempo, el 12 de marzo, que será el segundo título de su ciclo La trilogía del tiempo
El último libro que ha publicado Lorena me recuerda mucho a los domestic noir que he estado leyendo hasta la fecha, y no es de mi interés. Pero tiene una amplia variedad de títulos en otros registros que tendré en cuenta. 

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