Recuerdo Mystic Topaz de Pilar Pedraza entre mis nerviosas manos en una calurosa Feria del Libro en Madrid. Fue un regalo de mi novio, pero más que el libro, el regalo fue tener la oportunidad de conocer a Pilar Pedraza en persona y conseguir que me lo firmase. No pudo ser, pues según me contaron desde la editorial se puso enferma y no asistiría al encuentro con los lectores. Y aunque me entristecí, este libro creo que también ha sido una forma de encontrarme con ella, con la loba esteparia.


Fuente de la fotografía de la autora: El Periódico de Aragón


No sé por qué decidí leer este libro, fue un llamado. Una invitación a entrar en esta tienda literaria de misterios. El libro y yo nos encontramos como esas cosas que no tienen mucho sentido, pero que al final, acaban revelándote algo importante. 

Etiquetar cualquier novela de Pilar Pedraza es una empresa complicada. La crítica literaria ha clasificado a esta autora como la dama del gótico español, pero ella misma rehúsa de estas formalidades. Lo que ella hace es fantasía, ni más ni menos. Así lo afirma la autora, y así lo subrayo yo. Pero incluso partiendo desde una perspectiva fantástica, la novela de Pilar Pedraza sigue siendo inclasificable. Además, Mystic Topez tiene la peculiaridad de que empezó a gestarse como una sucesión de cuentos semanales escritos para la revista El Butano Popular (aquí). Cuentos semanales raritos que tienen como nexo común una tienda de artículos esotéricos. Os podéis imaginar lo que ha salido de aquí.

Lo primero que pensé sobre este libro es que era como un viaje iniciático. Obviamente, la premisa desde la cual parte es un atractivo indudable para los místicos confesos, pero también para los amantes de la belleza y las rarezas. Realmente todo el libro está sostenido por una wunderkammer, un gabinete de maravillas cuyos productos pueden proceder de cualquier lugar, tiempo o plano energético. El hecho de que los relatos estén ambientados en una tienda de esoterismo, además de aportar el halo mágico, introducen también el contrapunto de las historias: el mercado y lo material. Y es que la magia y la espiritualidad no dejan de ser un negocio. En un armonioso equilibrio, lo trascendental y lo superficial irán tejiendo una serie de situaciones para relatar el día a día de esta tienda en pleno casco antiguo de la ciudad.

El objetivo es ese, relatar el día a día de esta tienda. Al entrar en ella, nos atenderán dos carismáticas protagonistas. La magnética Delirio Presencia, dueña de la tienda, y la escéptica y desenfadada Geles, dependienta de la misma. Ambos personajes dibujan también la figura del maestro y el alumno, aunque sobre todo, son el medio para mostrar las variopintas situaciones que salen del imaginario de Pilar Pedraza.

Foto realizada por La Reina Lectora

Hay muchísimo que decir sobre esta obra porque es rara de cojones (si me permitís la licencia). Realmente los relatos me han parecido superficiales, pues en ningún momento nos transmiten grandes enseñanzas a lo Paulo Coelho y los propios personajes parecen no darle mucha importancia a  la mayoría de sucesos asombrosos que ocurren entre las páginas. Se podría decir que Pilar ha querido suscitar cierta indiferencia para hacer de este mundo oculto, algo normal. Pero por otro lado, hay un evidente ocultismo que puede incluso ponernos los pelillos de punta en según qué momentos. Como transmite Luis Pérez Ochando en el prólogo, al terminar la novela, habremos descorrido aún más el velo entre lo real y lo fantástico también en nuestra propia vida. ¿Cómo consigue esta sensación paranormal Pilar Pedraza? Introduciendo objetos y seres asombrosos, a veces macabros, a veces hermosos. Aprenderemos nuevas curiosidades rodeados de gemas, espejos, amuletos, ratas, típulas, zombies, vampiros y otros.

Además, la autora se desmelena en este conjunto de relatos y usa su tono más irónico y gamberro. Ni Delirio ni Geles tienen pelos en la lengua. Este estilo narrativo de andar por casa aumenta la sensación de que entre las paredes de Mystic Topaz se cuecen cosas profundas a la par que triviales. Delirio igual se fuma un porro en la trastienda como sella de energías negativas la casa de un ricachón, a un precio, por supuesto, apropiado (para ella). Debo reconocer, que a pesar de los esfuerzos de nuestras protagonistas por normalizar e incluso, restarle importancia a los asuntos ocultos de nuestro mundo, todo el recopilatorio es un espejo de obsidiana que nos transporta a realidades paralelas con un fuerte simbolismo para nuestro inconsciente. Algo despierta en nosotros, y Delirio y Geles lo saben, aunque se hagan las locas.

Decir que me ha encantado Mystic Topaz es simplista. Mystic Topaz realmente me ha removido por dentro y me ha parecido un experimento literario donde pueden convivir lo profundo con lo superficial en un contexto de humor sacro, ambiente enrarecido y artículos de lujo que espiritualmente no se pueden tasar. Una serie de relatos peculiares para amantes de la mística, lo bello y lo extraordinario.