¿Alguna vez os habéis planteado vender vuestra alma? Sí, ese cuerpo etéreo del que tanto habla la literatura y tan poco la ciencia. ¿Alguna vez habéis conocido a un comerciante de almas? Después de leer el libro de Mireia de No Honrubia, Como alma que lleva el diablo, me metí en Google e introduje una búsqueda: «Vendo mi alma». Para mi sorpresa, hubo aproximadamente 5.810.000 resultados, aunque todo mi gozo se fue a un pozo cuando comprobé que la mayoría de ellos eran de broma. Y sólo pude soltar una carjada... Como con el libro de Mireia.

Pactos con el diablo

Creo que esta novela es un experimento. El libro apenas cuenta con 99 páginas y está más cerca del relato que de la novela. En él, la autora ha jugado con un género peliagudo: el humor. El humor es un tema muy serio, en realidad. Por eso creo que, dado que no es el género de referencia de la autora, y dada la extensión del libro, ha querido experimentar con esta historia. Y a la jodía  (disculpen mi lengua sucia) le ha salido bien.

Este libro te lo comes en un día, o en un rato, y lo más característico de todo él es lo original del argumento y lo carismático de sus personajes. Si os soy sincera, estoy un poco cansada de los argumentos repetitivos. En todos parece que se repite un patrón... característico del género en el que se encuentren. Lo bueno de las novelas de humor es que todo cabe, y a Mireia le ha cabido un infierno entero dentro del libro. Lo primero que encontramos es a una protagonista que está en las últimas. Acaba de quedarse sin un holgado trabajo de abogada y está desesperada. Además, no se anda por las ramas: quiere ganar mucho dinero y trabajar poco. Aunque sea políticamente incorrecto decirlo, todos queremos esto. Así que la protagonista de la historia, de ahora en adelante denominada Less, decide sumarse a la compra-venta de almas. 

Mireia escribe muy bien, y tiene un humor irónico muy atractivo. El demonio es un tío muy enrollado y la trama tiene sus giritos a pesar del poco margen de movimientos que le da la extensión del libro. Lo único malo que le veo es el final. Tuve un encontronazo con él. A pesar de que el lector digital me indicaba que había llegado al final del recorrido, no me parecía el momento idóneo para cerrarlo. Y me vais a permitir esta expresión (estoy un poco macarra, como el libro de Mireia), pero ha sido como correrse antes de tiempo. Un par de paginitas más, Mireia, y te hubieses marcado un 5/5.

Pactos con el diablo
Foto realizada por La Reina Lectora