Octubre es un mes muy especial por muchos motivos. Uno de ellos es que el otoño se adhiere mucho más a nuestros días y podemos disfrutar de las primeras lluvias, las primeras naricillas frías y el olor a alcanfor de la ropa de invierno guardada durante el verano. Pero es que además, octubre es el mes de las escritoras. Así, en femenino. Este mes pertenece mucho a las mujeres, pues en él por ejemplo se creó el movimiento #Metoo, se promueve desde la literatura la iniciativa #LeoAutorasOct y hoy, se celebra el #Díadelasescritoras en nuestro país.

Para celebrar el día de las escritoras, tengo el placer de traeros en exclusiva a Jane Corry, una escritora a tiempo completo cuyo último libro, La mujer de mi marido, ha sido publicado por Planeta de libros. 

(Traducción al castellano de la entrevista original en inglés)

·         Siempre me gusta escuchar (o leer en este caso) de qué trata un libro de la boca de sus propios creadores, así pues, Jane, ¿puedes contarnos cuál es el argumento de tu nueva novela?

La mujer de mi marido se narra desde el punto de vista de dos protagonistas femeninas. La primera de ellas es Lily, una joven abogada de Londres, que acaba de regresar de su luna de miel. Su severo jefe le manda hacerse cargo de la apelación de un asesino que lleva ya varios años en la cárcel. Lily cree que es inocente, y el caso cambiará su vida. La segunda protagonista es Carla, una niña pequeña italiana que vive con su madre en el mismo bloque de pisos que Lily y su marido, Ed. A mitad del libro saltamos adelante varios años. No puedo revelar los giros argumentales, pero la relación entre los cuatro se vuelve muy diferente.

·    Para escribir la historia, estuviste como escritora residente en una prisión de hombres. ¿Cambió la trayectoria de tu novela este periodo residente? Es decir, ¿hizo que cambiases algunos elementos de tu argumento que ya tenías decididos? ¿Qué te aportó exactamente esta experiencia?

Me convertí en escritora residente de una prisión masculina tiempo después de que mi primer matrimonio terminase. Hasta entonces, había sido periodista en una revista, pero el editor se marchó y hubo cambios de personal, así que sentí que necesitaba otro trabajo. ¡La prisión era un mundo totalmente diferente! Al principio, estaba realmente asustada de trabajar allí, pero luego me fue atrayendo. Había muchos presos que querían ayuda para escribir. No fui allí buscando documentarme para una novela, pero un amigo del mundo editorial me animaba a menudo a que escribiera novela negra. Yo prefería el género romántico porque siempre me han fascinado las relaciones familiares y los giros argumentales, pero entonces me di cuenta de que podía combinar todo aquello en un thriller penitenciario. Aquel trabajo me enseñó cuánto significan la familia y el amor, hasta para el más duro criminal.


·       Al hilo de lo anterior, creo que a los lectores les parecerá interesante saber cuál fue tu rutina de trabajo dentro de la prisión de hombres. ¿Nos cuentas cómo organizaste tu trabajo dentro de ella? ¿Alguna anécdota que contar quizás?

Mi rutina de trabajo era variada. Impartía talleres sobre cómo escribir biografías, novelas, cuentos, poesía y cartas. También daba asesoramiento personalizado a los reclusos. No tenía escolta, lo cual me preocupaba al principio. Mi única protección era un silbato que llevaba atado a la cintura. Debo decir que la mayoría de hombres fueron extremadamente corteses conmigo, aunque sí que pasé miedo alguna vez. Una vez, un preso, que era realmente encantador, me estuvo siguiendo por toda la prisión, pidiéndome constantemente que viera su trabajo. Al principio, creí que lo hacía simplemente por entusiasmo, pero cuando accedí a ver sus creaciones, me quedé horrorizada (por motivos de seguridad, no puedo entrar en detalles). Después de aquello, me aseguré de no volver a verlo a solas. También me sorprendió encontrarme con momentos más divertidos en la prisión. Como la vez que un recluso me pidió que le escribiera una carta de amor para su novia porque él no sabía escribir. En otra ocasión, me propusieron pasar una noche en una celda de la prisión como parte de unas jornadas benéficas de sensibilización. Sentí mucha claustrofobia. Hay algo horrible en esa sensación de estar encerrado y no poder salir. Por aquel entonces, yo era madre soltera, y mi hijo menor aún estaba en casa. No era fácil compaginar todo aquello, pero me alegro mucho de haber trabajado en la prisión, porque me enseñó otra faceta de la vida. Envié a concursos muchos de los trabajos de aquellos hombres, y fue maravilloso contemplar la felicidad en sus rostros cuando ganaron. A menudo, escribir ayuda a la gente a afrontar sus delitos y a reformarse.


·         Si tuvieses que colocar tu libro al lado de otras novelas en una estantería, ya sean clásicas o contemporáneas, ¿cuáles serían? ¿Por qué?


Me gustaría estar junto a los libros de William Somerset Maugham porque pienso que fue un fantástico contador de historias y tenía un talento asombroso para juzgar a las personas. También me gustaría estar junto a mi tatarabuelo, Frank Romer. Era médico, pero también escribió novela negra con toques de humor, incluso fue publicado por Duckworth. Descubrí todo esto hace poco. Tengo una fotografía suya en la pared, sobre mi escritorio.

·         Cuéntanos un pequeño detalle de tu libro. Sabemos que es un thriller-novela negra que gira entorno a un asesinato. Pero, ¿podrías contarnos algún detalle que el lector no puede ver a simple vista de momento? Alguna manía de la protagonista, algún lugar especial en la historia…

¡Buena pregunta! No quiero desvelar ningún giro, pero estad atentos a las referencias sobre arte y pintura…

·         Sabemos que adoras el mar y que habitualmente regalas a tus seguidores de Twitter preciosas imágenes de la playa cerca de tu casa. ¿Te ha ayudado el mar también a escribir esta historia?

Siempre he querido vivir cerca del mar, aunque crecí en un bonito barrio a las afueras de Londres. Luego, con mi primer marido, criamos a nuestros hijos en el campo, alejados del agua. Cuando me casé con mi segundo marido, nos mudamos a la costa. Aquí voy a nadar cada día, a menos que el mar esté bravo. Mi hija y su marido también se mudaron aquí, y yo cuido de mis nietos dos días a la semana, mientras ellos trabajan. En los días que hago de abuela, no hay más remedio que escribir de noche. No hay duda de que el mar me ayuda a escribir, me inspira cuando voy a nadar y también cuando corro por el paseo marítimo. ¡Incluso es un personaje recurrente en mis libros!


·         Trabajas a tiempo completo y este es el sueño de muchos escritores. ¿Qué consejo les darías para conseguirlo?

Mi consejo es que encuentres un tema que te apasione realmente y que sea lo suficientemente original como para atrapar a un agente y a un editor. Para mí lo fue la prisión. Pero tu pasión puede estar delante de tus narices. Por ejemplo, si trabajas en un supermercado, podrías escribir una novela desde el punto de vista de un/a cajero/a que ve a los mismos tres clientes cada día. De pronto, un buen día, sólo aparecen dos. ¿Qué le habrá pasado al tercero? Huele a novela negra, ¿verdad?… deja que tu imaginación vuele libre. No te dejes desanimar por gente que te diga que deberías tener un «trabajo adecuado». Las editoriales van a publicar a alguien, así que, ¿por qué no a ti? Saca tiempo para escribir recortándolo de otras actividades de tu vida, o bien quedándote hasta tarde o levantándote temprano. Puede que solo seas capaz de escribir una página al día, pero todo suma. Sigue cuentas de agentes en twitter y pregunta si puedes enviar tu trabajo. Asegúrate de que cada uno de tus personajes tiene un conflicto que haga que el ritmo se mantenga. Participa en concursos, aunque no ganes, es una buena disciplina.



·         Y ahora una pregunta que realmente es un deseo: ¿visitarás España en algún momento? 

¡Visito España a menudo! Mi hijo mayor vivió cuatro años en Pamplona, y cada año seguimos yendo juntos a recorrer diferentes etapas del Camino de Santiago. También visitaré la región de Murcia, a finales de este otoño. ¡Tengo muchas ganas!

Querida Eva,
Muchas gracias por hacerme estas preguntas.


Estoy realmente entusiasmada de haber tenido la oportunidad de entrevistar a una escritora como Jane Corry. Además, a medida que iba leyendo sus respuestas, encontraba a una mujer cercana, con mucho que contar y con una gran pasión por la escritura. ¿Te ha ocurrido a ti también? La mujer de mi marido está entre mis libros prioritarios, y va a ser un guilty pleasure, como ya le han etiquetado, de los buenos. 

¡Gracias por leernos!