"Maestro indiscutible de la narrativa de terror contemporánea", "Maestro indiscutible del terror", "Uno de los escritores contemporáneos con más fama", y "El escritor que destroza a Donald Trump a través de twitts". Estas son las frases que más se repiten si haces una sencilla búsqueda en Google insertando el nombre de Stephen King. He usado el nombre de King, a pesar de que el libro que os voy a presentar está escrito a cuatro manos, porque deduzco que la novela es sobre todo deseada por llevar el nombre del famoso escritor. Yo ni si quiera vi que había otro autor cuando me lancé a ella. Y ahora me pregunto si este segundo de abordo es la razón (o no) de que no me haya gustado la obra. De momento, la única frase con la que estoy de acuerdo tras mi búsqueda de Google es con la de los twitts hacia Donald Trump. ¡Vaya faena!

Esta ha sido la primera vez que he leído algo de Stephen King, y deduzco que he cometido un grave error. No deberíamos leer los últimos libros publicados de los grandes escritores, sino aquellos títulos ya avalados por la crítica. De esta forma puede que haya más posibilidades de que nos acaben gustando como al resto del fenómeno fan. Pero yo me he acercado al autor con La caja de botones de Gwendy y ni si quiera es una obra completa suya, sino una colaboración con Richard Chizmar, conocido sobre todo por ser el propietario de la editorial Cemetery Dance Publications. ¿Qué me he encontrado? Con una novela que no es nada del otro mundo, y que me ha suscitado la sensación de que está hecha a demanda. Pero al parecer no es eso, sino que Stephen King comenzó a escribir esta historia, se cansó, y a mitad del relato se la pasó a su colega diciéndole, literalmente, que hiciese con ella lo que quisiese. Así que este pobre tuvo que terminarla como pudo.

Es una novela muy corta, en donde lo más sobresaliente es la edición que Suma de letras le ha otorgado al libro: tapa dura, ilustraciones interiores, papel grueso, bonita maquetación... La historia es bastante floja, y se aleja mucho de la etiqueta de novela de terror. Un día, una niña regordeta se encuentra con un hombre de negro que le regala una extraña caja de botones. Esta caja tiene ciertas peculiaridades: si accionas una de las palancas, recibes unas chocolatinas en forma de animal (muy realistas) cuyo delicioso sabor te hacen estar saciada a lo largo del día; otra de las palancas da, de manera intermitente, monedas Morgan de plata; y cada botón, aunque sin especificación de uso concreto, corresponde a un continente, excepto el negro, que no se sabe a qué hace referencia exactamente y el rojo, que respondería a cualquier deseo que tengamos. La caja empieza a influir de manera positiva en la niña, de manera que su mundo cambia para bien: sus padres dejan el alcoholismo, ella adelgaza, sus notas mejoran, se vuelve popular...Un par de tragedias revolotean a su alrededor, pero al final... Para mí, al final, llega la gran decepción con la novela. No os diré en qué terminan los acontecimientos, pero no es lo que me esperaba del gran escritor contemporáneo. Parece echa sin ganas.


Sí que me ha gustado el estilo narrativo, en el cual no se nota en ningún momento el cambio de pluma. También me ha gustado que se traten algunos temas típicos de la adolescencia de manera bastante respetuosa, como el sexo y los anticonceptivos. Y aunque parece prevalecer durante la obra un ambiente raruno, no llega sin embargo a ser inquietante ni se describe demasiado. No se profundiza tampoco mucho en el mundo ni la psique de la protagonista, más allá de sus dilemas morales con respecto a la caja y a lo que esta puede hacer para bien o para mal, y en general, todo parece ligerito de peso. 

Puede ser una novela interesante para pasar el rato, y que disfrutarán sobre todo los amantes de Stephen King. Sé que hay guiños en la novela a otras de sus obras, así que esto puede hacer saltar la chispa para los asiduos. Yo me temo que tendré que buscar otro libro que le haga honor a King. 


¿Quiénes de aquí sois seguidores de Stephen King? ¿Qué novela me recomendáis leer de él? ¡Muchísimas gracias!