Siempre me he resultado muy difícil hablar de un libro que me ha gustado mucho. Temo que mis palabras suenen a «grupi», que me emocione en exceso y no sea capaz de distanciarme lo suficiente de la obra como para exponerla en toda su naturaleza. Pero, ¿acaso puede un lector distanciarse de una obra? Cinco pinches balas es la novela que Sebastian E. Luna ha publicado dentro del marco del Premio literario Amazon Storyteller 2020. Una novela cuya principal característica es la extensión, más de 600 páginas para un premio en donde la media está en 200 y algo. Sin embargo, al igual que un apasionado lector no puede nunca separarse del todo del libro que ha leído, tampoco un jurado (y quienes leemos, también, somos jurado) puede tomar decisiones sobre una obra basándose solo en la extensión. Amazon, no me falles en esto.

Cinco pinches balas Sebastián Luna


UNA ESTRUCTURA NARRATIVA PERFECTA

Ya no se lleva eso de ir al sastre a que te haga un traje a medida, pero, personalmente, más de una vez he echado de menos que alguien me ajustase los vaqueros para que resaltase más mi culo. Cinco pinches balas debe haber pasado por la sastrería porque tiene un trasero que no puedes dejar de mirar. 

Aquí hay estructura y, leo tanto y tan a menudo, que sé de qué hablo cuando digo que no es algo que abunde en los libros. Hay libros escritos sobre la marcha que, aparentemente, salen bien, y luego, hay libros escritos con marcha sostenidos sobre una sólida estructura que, definitivamente, salen muy bien. Por eso, he utilizado la figura del sastre como metáfora. El inicio del libro está pensado para que te quedes en él, la forma en que se alternan los capítulos no es al azar y el final es un cierre perfecto. El trabajo que hay detrás de esta estructura debe haber sido colosal... Imagino que Sebastian ha estudiado a fondo cada pieza de su relato y ha dedicado muchas horas a organizar la información. Si tuviese que decirlo en forma de titular del New York Times, sería algo así:

«Una estructura narrativa que supera al cuerpo geométrico más perfecto».

 

UN ESCRITOR CUIDADOSO 

Encontrar una estructura perfecta a nivel argumental no sorprende cuando estamos ante un escritor que cuida todos los detalles. Cinco pinches balas tiene una portada y una maquetación profesionales y la historia en sí ha pasado por un proceso de documentación muy profundo. 

Me gustaría detenerme en esto último. Hay detalles tan concretos que Sebastian E. Luna merece toda mi admiración. Estos detalles son un despliegue de conocimientos sobre armas, asuntos turbios, historias, leyendas, lugares geográficos y otras exquisiteces como marcas muy concretas de automóviles o letras de canciones. Pero, lo más sorprendente es la jerga que usan los personajes. Sobre todo, Eli. El manejo del léxico mexicano que Sebastian ha desarrollado en esta novela es muy padre. Te sientes imbuido por la historia porque los personajes hablan su idioma y se valen de elementos nacidos de un proceso de documentación serio y profesional

 Y estos elementos, tanto el lenguaje como los detalles de documentación, se unen a las exquisitas descripciones que hacen mucho hincapié en lo sensorial. El calor de Miami pegándose a nuestro cuerpo, una figura sentada dentro de un cuchitril en penumbra, las polutas de humo de un habano... Sabores, texturas, olores e imágenes...


LAS IMÁGENES DE CINCO PINCHES BALAS.

Me di cuenta de que Sebastian E. Luna era el Hitchcock de las historias de aventuras exóticas cuando leí una de las primeras escenas. Uno de los personajes tiene que averiguar si alguien se esconde en el cuarto de baño de un hotel. Una gota de agua rompe contra la bañera. La cortina descorrida a medias. El sudor del detective surcando su frente. La pistola apuntando al interior. Eso es suspense. No es lo que ocurre, sino lo que puede ocurrir y Sebastian E. Luna me ha demostrado que es capaz de jugar con lo que va a ocurrir a través de las palabras.

Cinco pinches balas bien podría ser una película porque estas palabras son muy visuales. La historia es muy cinematográfica y el autor consigue recrear escenas muy vívidas en nuestra mente gracias al uso de los sentidos, como ya comenté un poco más arriba. Además, ¿sabéis que la obra está catalogada de thriller sobrenatural? Las sensaciones y las imágenes son esenciales aquí para crear una atmósfera muy concreta.


LAS RELACIONES ENTRE PERSONAJES.

Me gusta lo que comentó David en Cruce de caminos«El autor explora todas las aristas que puede tener una historia». Y, entre ellas, las relaciones entre personajes y no me refiero solo en sentido romántico.  

Los personajes son un muro de carga en la mayoría de obras porque los lectores establecemos vínculos emocionales con ellos y, por ende, tienen una gran responsabilidad. Es importante que los personajes tengan su propio carácter y cierta psicología profunda. No deben parecerse entre ellos, no deben sernos indiferentes. El tema de que evolucionen a lo largo de la obra depende más del argumento, pero, desde luego, su carácter diferencial es imprescindible. 

Cinco pinches balas tiene personajes increíbles y desagradablemente humanos. Están llenos de pasados turbios, manías, vicios, valores y sentimientos, pero,sobre todo, están llenos de aventuras porque la historia está en ellos. No podemos buscarla fuera, sino dentro. Curioso, ¿verdad?

Cinco pinches balas, posiblemente, es una de las novelas con más calidad. El trabajo del autor es innegable y el buen rato que te hacen pasar estas 600 páginas merece la pena. Este tipo de obras aumentan el «glamour» del catálogo de Amazon. Sebastian E. Luna se merecería mucho estar entre los elegidos este Premio literario Amazon Storyteller 2020

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