reseña del libro El cerdito de Navidad de J. K. Rowling

Hay vida más allá de Harry Potter, eso está claro, y es que J. K. Rowling nos sigue regalando magia en forma de lecturas como El cerdito de Navidad, un libro infantil que ha sido publicado de forma simultánea en más de treinta territorios en todo el mundo. En España, Salamandra ha sido la editorial encargada de su lanzamiento.

El cerdito de Navidad no es solo una lectura entrañable llena de aventuras, sino también una obra ilustrada gracias a Jim Field. Trata sobre un niño y el amor que siento por su juguete favorito, lo que automáticamente llevó a mi mente a conectar la lectura con películas como Toy Story, historias que son capaces de tocarnos la fibra sensible tengamos la edad que tengamos. 

La obra comienza así: «Dito era un cerdito de juguete hecho de suavísima tela de toalla. Tenía la barriga rellena de bolitas de plástico, por eso era tan divertido lanzarlo al aire. Sus patas, blanditas, eran del tamaño perfecto para enjuagarse las lágrimas. Cunado su dueño, Jack, era más pequeño, todas las noches se quedaba dormido chupándole una oreja».

No es casual que haya elegido el comienzo del libro para incluirlo en la reseña, pues quería que vieseis la capacidad de la autora para introducirnos en el mundo de los sentidos. ¿Acaso no somos capaces de palpar a Dito gracias a la descripción que J. K. Rowling hace de él? Pues esta es la tónica del libro, un festival de sensaciones que te hacen sentir bien. Un «feelgood» mágico y blandito. 

La época elegida para la narración de la historia es, también, perfecta. Jack, el protagonista del libro, pierde a Dito el día de Nochebuena y no me puedo imaginar nada más triste que esto. Así que, como todos los lectores haríamos, Jack se marcha en su búsqueda sin saber que se adentrará en un nuevo universo. La verdad es que debo reconocer que me ha jorobado leer este libro en octubre porque es una lectura, sin duda, para Navidad. Pero si a alguien le ha ocurrido lo mismo que a mí (que las ganas le han podido), basta con colocar la novela cerquita y releerla en cuanto lleguen las fiestas. Además, la bonita portada, de tapa dura, con esas letras doradas que reflejan la luz cuando esta incide sobre la cubierta y que viste con toda la ornamentación navideña, encenderá dentro de nosotros el reproductor de villancicos para que la Navidad nos pille preparados

A estas alturas, también, estaréis pensando que Dito es el cerdito de la portada, ¿verdad? Sí, de esa portada que enciendo en nosotros lo de los villancicos... ¡Qué ocurrencias! Pues no. Dito no es el simpático peluche que aparece en la cubierta y que señala... Señala allí a donde nosotros nos transportaremos a través de las letras de J. K. Rowling y El cerdito de Navidad. Así que como veis, amigos, tenemos muchas incógnitas que descubrir

La sinopsis es escueta, pues simplemente reza: «Un niño y su juguete están a punto de cambiarlo todo...». La historia está dividida en nueve partes, con títulos de lo más variopintos: «El ángel de tubo de papel higiénico», «La fiambrera» o «La isla de los bienamados». Y esto es una anotación personal, pero en cuanto abres el libro y aspiras su aroma, te quieres quedar a vivir allí para siempre

Para terminar, quiero comentar que me ha recordado también a Omnia, una historia infanto-juvenil escrita por una de nuestras escritoras de género fantástico españolas, Laura Gallego

Así que ya está, J. K. Rowling lo ha vuelto a hacer. Ha escrito una aventura llena de magia que, aunque dirigida a niños a partir de ocho años, los adultos quieren también en su vida. Abracemos a nuestros juguetes, consigamos un arsenal de polvorones y disfrutemos de El cerdito de Navidad con ilusión. 

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