reseña del libro distancia social de la cineasta pilar garcía elegido

Pilar García Elegido no es ninguna autora primeriza en el arte de observar, transformar y transmitir. Ella, ganadora de un Premio Goya por su cortometraje Confluencias y nominada nuevamente al Goya por Positivo y Ventanas, ha dedicado su vida a la expresión artística. Ahora, publica su primer foto-libro, Distancia social, y lo hace sobre el Madrid de pandemia, un Madrid muy diferente al que estamos acostumbrados a ver.

Hay algo muy especial en los foto-libros, una personalidad muy suya que les diferencia de las novelas, de los ensayos y de otro tipo de libros más conocidos por el consumidor. Y es que hasta huelen de manera diferente, quizás por el gramaje del papel, quizás porque las imágenes imprimen en nuestra retina una serie de sentidos que difieren de los que imprimen las letras, iguales de válidas y de exquisitas. Aquí Pilar no solo incluye fotografías, todo sea dicho de paso, sino que también acompaña con algunos textos, frases, líneas, que complementan lo que la imagen nos dice.

Así, abrimos la primera página. Cuatro bancos en blanco y negro. Tres de ellos ocupados, uno totalmente libre. El vacío, en primer plano. Una chica con mascarilla se suma al siguiente, seguida por un hombre que observa algo entre sus manos (¿un móvil quizás?) y el último banco acogiendo a dos personas distintas, una mujer de avanzada edad y un hombre, cada uno en una esquina. Todos llevan mascarilla. Todos son de edades diferentes. Alguien camina por el lateral, viene hacia la cámara, pero aún a una distancia prudente. El resto de habitantes de la escena son palomas. ¿Cuántas lecturas podríamos hacer de esta imagen? Muchísimas. Pilar García Elegido ha captado distintos tramos de edad, distintas formas de habitar el espacio, ha fotografía el movimiento y la parálisis, la vacuidad y la ocupación. Al pie de página, una nota: «...el cambio en las relaciones interpersonales a partir de la distancia social impuesta por la pandemia».

¿Es esto literatura?, podemos preguntarnos como yo misma hice en un artículo de Cultugrafía. Para mí sí. Además, un tipo de literatura más compleja porque la interpretación es más subjetiva, ya que a menos narración, más imaginación por parte nuestra.

En este recorrido fotográfico de Distancia social de Pilar García Elegido podemos pasear por las calles de Madrid a distintas horas. Veremos distintas tonalidades de luces, diferentes tramos, barrios más o menos pudientes, más o menos conocidos. Todo cabe en Distancia social. Ha sido una selección de imágenes entre miles de ellas. Parece que esto también tiene algo de especial, ¿verdad? Lo que tenemos entre las manos es algo seleccionado especialmente para nosotros. Y tendrá su porqué. Quizás lo adivinemos a medida que vamos disfrutándolo. 

Algo que he sentido leyendo y observando Distancia social es que Madrid, incluso en pandemia, sigue siendo Madrid. También que Madrid nunca se queda del todo solo. En las fotografías encontramos siempre personas que salpican las calles y pocas de ellas están totalmente vacías. No soy madrileña, pero sabréis, si habéis leído mi novela Cura mi corazón, que a Madrid le debo la vida. Tampoco nací allí, pero mi corazón sí que lo hizo. Así que me gusta especialmente Distancia social porque me permite charlar con la capital de otro modo muy distinto.

Atisbo el valor de Distancia Social de Pilar García Elegido porque está creado por una autora que saber ver y mirar, y que ha compuesta historias a través de fotografías y pequeñas anotaciones en los márgenes que bien podrían, algún día, convertirse en novela. De hecho, me consta que Pilar seguirá explorando los distintos géneros literarios con próximos proyectos. También los audiovisuales. 

He abierto una página al azar para cerrar la reseña. Es la fotografía de un salón de juego de una calle de Madrid. Está cerrado. La autora dice que ahora la suerte es poder seguir subiendo y bajando escaleras. En aquellos meses, la verdad, nos lo jugábamos todo. Lo que teníamos y lo que no.