Sentémonos a la luz de los flexos y respiremos profundo porque no estás preparada para lo que tengo para ti, hermana. Y siéntete libre de que, aunque hable en alguna ocasión en femenino y seas un hombre, entres dentro también de esta ecuación. 

Esto es Quicksilver de Callie Hart y yo su fiel servidora.

Ustedes saben esa canción de «Dame veneno que quiero morir. Daaameee veneeenoo». Pues eso ha sido Quicksilver para mí. Mi obsesión de fantasía oscura con el mejor crush literario de la historia (después de Kirtash -que una debe ser fiel a sus primeros amores-) que ha eclipsado totalmente mi lectura de, por ejemplo, Alas de sangre. Leí este fenómeno mundial (que Quicksilver también lo es) después de conocer a Callie Hart y la de los dragones me ha dejado fría. Quizás porque con Kingfisher acabé muy caliente, pero vamos a hacer esta reseña SOLO con la cabeza.

Lo primero que debo destacar es la edición especial que la editorial Faeris ha preparado para su lanzamiento: cantos pintados, sobrecubiertas reversibles con letras en acabado brillo métalico, cubierta elegante con motivos metálicos también, y una maquetación bonita. 

La historia habla sobre una ladrona, Saeris Fane, que en un mal robo termina en el palacio de la Reina Imperecedera abriendo un portal entre mundos (no intentéis hacerlo en casa sin supervisión). Aquí ya se van viendo cositas, como que la reina es un poco turbia, como que la vida de Saeris Fane está desde ese mismo instante en peligro o como que el zagal que se presenta de repente nos va a robar el aliento a lo largo de las páginas. Porque sí, amigas, la primera gran escena de la novela ya es épica: una enorme figura emergiendo de un estanque de plata cuyos ojos verdes brillantes guardan un importante secreto. Es Kingfisher. Tu nueva fantasía erótica. 

El protagonista masculino es un guerrero fae y ya sabemos eso de que los hados son extraños. Si bien Shakespeare quiso blanquear su naturaleza con Oberón y Titania, las criaturillas son turbias y en ocasiones maléficas. Pero a veces no queda otra, sobre todo si estás siendo torturado hasta la saciedad por algo que reside dentro de ti, como le ocurre a Kingfisher.


«Aquella cosa estaba dentro de él, siempre presente, siempre susurrando en sus oídos, empujándolo hacia la locura».


Con la gran cantidad de fantasías oscuras y románticas que tenemos en el mercado, descubrir una novela que aporta algo diferente es bastante difícil. Puede ser otra razón por la cual Quicksilver de Callie Hart me ha sorprendido más que Alas de sangre. En esta obra, el material del mercurio es el eje central de todo. Y ya con eso se abre un mundo y un campo de posibilidades 

Por supuesto, los protagonistas comienzan odiándose. Pero dentro de estas peculiaridades que aporta Hart a la historia, está, por ejemplo, la de que los fae puedan oír los latidos del corazón de los demás. Creo que dentro de la ruda historia que a veces se plantea en Quicksilver, estos momentos más románticos o tiernos le dan un equilibrio muy bueno. Y pues el hecho de que nuestro chico pueda escuchar cómo se acelera el corazón de Fane cada vez que están cerca hará que la enemistad vaya siendo cada vez más ambigua. 

Hasta que le acaba presentando a los siete dioses (esto solo lo entenderán mis girls más traviesas una vez hayan terminado el libro).


«Quieres tocarme del mismo modo que yo quiero tocarte a ti».


Avanzamos y las sorpresas siguen llegando. El secuestro de la hermana de Kingfisher, una guerra fronteriza que no acaba y VAMPIROS. Si ya estaba dentro de esta historia, cuando aparecen los míticos chupa sangre me vuelvo loca. Pero hay más criaturas, no pierdan comba.

Para mí, Quicksilver tiene casi todo. Y el casi es una mera cortesía porque la perfección no existe. Pero esta historia se le acerca. 

Y eso que aún no te he hablado de las escenas sexuales. Que me lleven presa, hermana. Basta con reproducir el mítico «Nadie te va a follar como yo voy a follarte, Saeris Fane» para ponernos los pelos de punta. Hay bastante contenido sexual y está muy bien narrado. Así como un amor imposible que se repele y que se sustenta en ese elemento del que te hablé al principio y que hace que todo nuestro relato tenga ese sabor, olor, color e incluso tacto metálico: el mercurio. Y, por ende, la plata. Saeris tendrá que aprender a controlarlo y eso le dará control sobre muchas cosas más.

Quicksilver de Callie Hart es una locura tal y como prometen los eslóganes que rezan en las redes sociales. Una fantasía oscura con un amplio repertorio de criaturas, mucha acción y un crush literario de escándalo. También una protagonista fuerte y decidida con la que nuestro crush se da como cajón que no cierra. Un romance de alto voltaje, con frases y escenas que te quitan el aliento y un mundo que te va a obsesionar, sobre todo, por su originalidad. Te va a comenzar a interesar un elemento de la tabla periódica que hasta ahora, seguramente, te había sido indiferente: el mercurio. Y desearás, por todos los medios, tener el control sobre ciertos ojos verdes con vetas plateadas: Kingfisher. Total, que si te quieres obsesionar (y excitar -estoy llegando al final de la reseña, así que puedo dejar de pensar con la cabeza-) con un nuevo libro, lee este.

Ay, dame venenooo que quiero moriiiir.