Mi abuela vive en un quinto sin ascensor que sube y baja diariamente a sus 80 y tantos años. Tiene mejor culo que la Pedroche y unas vistas de escándalo. En ellas, pasé mi infancia buscando, junto a mi tía, estrellas fugaces . Cuando veíamos alguna estrella fugaz desde el balcón de aquel quinto piso, nos tirábamos del pelo para que nos creciese más rápido. A mí nunca me funcionó, pero probad si queréis, que nunca se sabe. Muchos años después, tuve una idea descabellada . Muy descabellada. Estaba en la parcela de mi novio. Habíamos terminado …
Mis redes sociales