Llevo todo 2020 buscando mi mejor lectura porque siempre estoy a la caza y captura de ese libro que se convierta en El Libro y la he encontrado cerca de Temple, London EC4Y 7BB. Sí, una dirección londinense. Se trata de La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez, un feelgood en toda regla, un género anecdótico para este 2020 tan feelregular que ha decidido reeditar Ediciones B.


Librería señor livingstone

LA LIBRERÍA DEL SEÑOR LIVINGSTONE, UN LUGAR DONDE TODO ES POSIBLE.

La dirección Temple, London EC4Y 7BB indica el lugar en el cual se encuentra la iglesia del Temple de Londres. Es el emplazamiento con el que cierra la novela y el causante de que, también, esta lectura se abra. Buscando esta iglesia, se pierde Agnes Martí, la protagonista, también conocida como el hada descalza, para terminar, finalmente, entrando en una librería de suelos de madera, claraboya con vistas a la luna y una escalera en espiral digna de cualquier cuento fantástico. Es la librería del señor Livingston, sin cursiva ahora, porque no hablo del título, sino del mágico lugar en donde todo es posible, sobre todo los jueves. En verdad, esta librería se llama Moonlight Books y tiene toda una programación semanal en donde ocurren cosas extraordinarias. Por ejemplo, los lunes siempre entra la señora Dresden con su pelo alborotado violeta y sus pantuflas a por nuevas lecturas  para su hambrienta imaginación no sin antes discutir con el señor Livingstone sobre ellas. 

Agnes Martí no es librera, sino arqueóloga, pero desde que se mudó a Londres en busca del trabajo de su vida no consigue ejercer su profesión. Si no encuentra algo con lo que ganarse la vida antes de que se terminen sus ahorros, tendrá que volver a España, y, por ello, el destino la lleva hasta Moonlight Books. ¿He dicho ya que en Moonlight Books todo es posible?

Solo por este lugar, por esta librería de ensueño en donde todos los lectores desearíamos pasar las horas, ya merece la pena La librería del señor Livingstone de Mónica Gómez. La autora ha conseguido crear una historia que te pone el corazón calentito, pero, sobre todo, ha sido capaz de imaginar un lugar en donde cocinar los sueños


LOS PERSONAJES, TUS MEJORES AMIGOS.

Dentro de la librería cabe todo el mundo. Desde la señora Dresden, a quien ya conocéis, hasta un escritor errante que pasa las horas, sin decir ni una palabra, bajo una lamparita azul en un rincón de la librería. Un niño superdotado que se esconde cerca de la claraboya para estudiar el firmamento y una editora con muchos sueños, pero pocos ingresos. También hay un sastre porque en Londres, un sastre es a un gentleman lo que un Earl Grey es a un ciudadano inglés. Y, por supuesto, hay mucho Earl Grey y pastelitos

Todos los personajes son adorables, todos serían tus mejores amigos.

Pero, inesperadamente, en medio de todos esos personajes que podemos incluso etiquetar de esperpénticos, aparece un agente de Scotland Yard para susto de los presentes. Su entrada triunfal, pero torpe, en la que se lleva por delante las inquietantes campanillas de la entrada del señor Livingstone, deja a todos mudos. Sobre todo a Agnes Martí. 


LOS PEQUEÑOS PLACERES: PASTELITOS Y COPOS DE NIEVE.

La librería del señor Livingstone de Mónica Gómez es un feelgood porque te hace sentir realmente bien, de eso no cabe ninguna duda. Los dos días que me duró el libro me transportaron a ese Londres que nos gusta, el Londres en donde llueve, pero en donde, también, cantamos bajo la lluvia. Y me remito a una de las opiniones que aparecen en la malla del libro: La librería del señor Livingstone se inicia con una sonrisa y se termina con otra. En el blog tenemos muy pocos libros tan buenrollistas, quizás el único que había hasta ahora era En la calle Mayor de Virginia Gil.

Pero, aparte de hacernos sentir realmente bien, el libro consigue, sobre todo, esa parte de feel. Está repleto de sensaciones y para muestra un botón. Imaginaos una escena en donde, en un momento emotivo, con el corazón rojito y palpitante, los primeros copos de nieve de la Navidad caen sobre los protagonistas (¡Sí! ¡El libro sucede en Navidad! La emperatriz de los etéreos es de los pocos libros invernales que tenemos en la web). O, recread en vuestra mente el frío de esa gran ciudad colándose entre los pliegues de vuestro abrigo justo antes de entrar en un lugar acogedor para tomaros un reconfortante té. El libro, con tanta descripción de pastelitos, bizcochos de chocolate y galletas de todo tipo, te incita a lo dulce. En general, con tanta imagen bonita, tanto color y tanta magia, el libro te invita a todo lo rico y sabroso de esta vida: los pequeños placeres. 

Pocas ciudades son tan hermosas como Londres en Navidad bajo una capa de nieve.

Leyendo La librería del señor Livingstone de Mónica Gómez he recordado lo mucho que me gusta andar descalza sobre un suelo de tarima, lo bonita que es la amistad, el abrazo que te proporciona un buen libro, lo importante que es darse minutos de asueto (y si es con un té y un dulce mejor) o la ineludible realidad de que las cosas extraordinarias pueden suceder en cualquier momento de nuestra vida.


EL AMOR SIEMPRE TIENE UNA ENTRADA TRIUNFAL.

Y como no hay dos sin tres, tenemos al librero, tenemos a la arqueóloga y nos falta el chico guapo. ¿Os acordáis del agente de Scotland Yard que se lleva por delante las campanillas del señor Livingstone? 

En un libro se sentimientos agradables necesitamos, sin lugar a dudas, una historia de amor que nos haga sentir bien. Y aunque por culpa del toque de humor que caracteriza a todo el libro, el agente John Loockwood no tiene una entrada demasiado romántica en él, sí que será el protagonista de algunas de las escenas más bonitas de toda la historia. 

Existen besos capaz de detener el mundo. Paralizan el aire alrededor, congelan el tiempo y dejan en suspenso el pensamiento. La vida misma se mantiene quieta, temerosa de romper con su aleteo el hechizo de tan extraordinario encuentro. Solo los niños que alguna vez aplaudieron fuerte porque creía en las hadas pueden entender de adultos que existen besos así, capaces de detener el tiempo.

John fue el segundo en reconocer a Agnes Martí como un hada descalza, después del señor Livingstone. Él llegaba a la librería para resolver un caso y se encontró con una misión aún mayor: el amor. Loockwood es otro personaje que llega para llenar de emotividad a la obra, pero no es la única historia de amor y no es, tampoco, el eje central de La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez.

El amor está por todas partes porque los personajes saben amar muy bien a sus amigos, a sus parejas, a sí mismos y a las cosas que les rodean. Son personas que si se cruzan en tu camino hacen que tu vida cambie. Así pues, el amor siempre tiene una entrada triunfal en Moonlight Books, pero no necesariamente el amor de pareja.


MUCHOS LIBROS DENTRO DE UN LIBRO.

«La despedida es un dolor tan dulce que estaría diciendo buenas noches hasta el amanecer». Elijo esta cita porque llegamos a la última parte de la reseña y porque William Shakespeare es uno de los autores más citados en La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez. No se lo reprocho, pues es el padre de la literatura inglesa y uno de los que mejor dicen las cosas.

En la tierra de Shakespeare estar enamorado es algo que solo admite términos absolutos: lo estás o no lo estás.

Si un lector ya disfruta con un libro que trata sobre libros y si un lector ya se enamora de una novela que se desarrolla en una librería, cabe esperar que un lector caerá rendido ante una obra que cita a mil y una obras más sin ningún tipo de prejuicio lector, pues en La librería del señor Livingstone cabe tanto La Fontaine como los orcos de Mordor. Obras clásicas y modernas desfilan entre los diálogos de los personajes, diálogos inteligentes, con chispa y llenos de referencias culturales, de juegos de palabras que solo entiende quien ama la lectura.

Lo que voy a decir a continuación puede ser contenido sensible para algunos lectores, pero, lápiz en mano, he subrayado casi todo el libro. No solo porque dentro de él he encontrado muchas recomendaciones literarias que deseo leer sino porque tiene algunas de las mejores frases que me he encontrado este año. También hay muchísimas citas de otros autores. Eso sí, todos de ellos de literatura inglesa. 

Al final, no sabes si estás en una novela de Dickens, de Shakespeare o de Mónica Gutiérrez, pero lo que es cierto es que esta autora se ha colocado a la autora de todos los escritores que se citan en la novela y, creedme, no son cualquiera.


UN RATITO MÁS.

El último capítulo de La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez es impresionante. Tenía los ojos llenos de lágrimas de emoción. Pero, en general, todo el libro de Gutiérrez es impresionante. Solo puedo decir que, desde el momento en que sales de Moonlight Books o, como también podemos llamarla, la librería del señor Livingstone, ya estás deseando quedarte un ratito más.

La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez es un lugar rebosante de amor y magia en donde todo es posible, un pequeño rincón del Londres más emotivo en donde refugiarse de la nieve, tomar té y pastitas y dejarse llevar por la compañía de un buen libro.