reseña del libro fata de i j garcía


La fantasía, y no solo como género, es la pieza central de Fata, la historia de I. J. García en donde bardos y leyendas se dan cita para devolver la memoria a todos y cada una de las personas que han olvidado la magia. Y es que la magia es un elemento controvertido dentro de la obra, pues está, totalmente, prohibida. Además, el mal, en forma de Nada, amenaza al mundo de Spirel que, como veis, tiene un nombre muy sonoro que hace volar nuestra imaginación. 

El mundo de Fata es rico en personajes, leyendas y criaturas. Y cuando digo rico no me refiero a necesariamente extenso, sino a brillante. Personalmente, me gusta la elección del autor a la hora de construir algunos de los habitantes de la novela. Por ejemplo, hablemos de los espantajos, unos seres con muy mala pinta. Parecen personas, pero su fisionomía es alargada, incluida piernas, brazos y cabeza. Su piel es pálida y sus movimientos son sincopados, como si cada sección del cuerpo fuera por libre. También están los espejismos, que, como su nombre indica, son personas o lugares que parecen reales, pero en verdad no lo son. Y, por supuesto, los fatas, supuestas antiguas criaturas mágicas. Entre todos ellos, nuestro bardo, el protagonista principal, quien no recuerda su vida anterior y, por ende, no recuerda a sus seres queridos, aunque tiene leves sensaciones y sueños sobre ellos.

Aunque desaparecieras, te iría a buscar. Te encontraría y te volvería a contar mil historias y viviríamos mil aventuras. Es una promesa.

La acción de la novela comienza muy al inicio, por lo que no hay que esperar durante largas descripciones o pasajes para comenzar el recorrido argumental. Esto tiene su parte buena y su parte mala. Fata de I. J. García tiene muchísimos elementos atractivos y una historia bastante buena, pero se precipita. Hay un despertar (vamos a llamarlo así para no hacer spoiler) que necesitaba mucha más maduración y un coqueteo amoroso (también vamos a describirlo de esta forma para evitarle al lector sorpresas anticipadas) que rebaja un grado la calidad de la obra. Se aprecia cierta ansiedad narrativa en donde el autor vuelca demasiado pronto algunos elementos que podrían ser clave si se hubiesen retenido hasta más adelante. 

Después, la resolución de la novela está a la altura de las expectativas, sobre todo, cunado descubrimos quiénes son realmente los espantajos y podemos desentrañar todos esos elementos de esa leyenda que cantan los bardos y que cuenta, supuestamente, el por qué de la prohibición de la magia. Hay personajes que juegan un papel fundamental y que están muy bien construidos. Así mismo, los diálogos son también muy frescos. 

Cabe destacar que el género de algunos personajes no está definido. Me parece muy atrevido y aplaudo el hecho de que podemos encontrar referencias a ambos géneros para referirnos a una misma persona, por ejemplo, con un nombre que en nuestro imaginario puede sonar más femenino, pero con apelativos hacia el personaje masculinos. El autor me confesó que la no especificación del género fue a propósito y que, aún así, los lectores se lo ponían. Este es un punto fuerte de Fata a tener en cuenta.

Fata de I. J. García está muy recomendada para todos aquellos que quieran adentrarse en libros diferentes en donde la Nada (sí, a mí también me recuerda a La historia interminable) va borrando el mundo de Spirel, los bandidos asaltan los caminos, los bardos cantan leyendas a través de las cuales intentan entender qué ocurrió realmente con la prohibición de la magia y donde esta última tiene un papel esencial. No he querido hablar específicamente de ningún personaje, a pesar de que Dolan (¡oh! ¡Ya se me escapó el nombre!) es el gran protagonista, porque Fata es un poco todo a la vez y debe ser el lector quien lo descubra. 

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