reseña del libro la misteriosa ley de alejandro schittino

Lo primero que pensé al comenzar a leer La misteriosa ley de Alejandro Schittino fue en la palabra fácil. Iba a ser muy sencillo leer esta novela. Más bien devorarla. La agilidad con la que el autor nos introduce en la trama y el reto que nos lanza en ella es una golosina que un lector no puede rechazar. Además, la obra ha sido recientemente reeditada por el profesional Javier Arroyo que ha conseguido un diseño uniforme para todos los libros de la serie QUOD que me encanta y que me impulsa a querer coleccionarlos. 

Pero pongámonos en situación. Alejandro nos lleva hasta las Islas Baleares, un entorno que ya de por sí supone cierto aislamiento cuando las catástrofes sobrevienen. Lejos de abusar de la parte descriptiva o de quedarse corto en un escenario que bien merece una descripción, Schittino nos fusiona con la isla de una forma espectacular, llevándonos hasta lugares clave de la geografía isleña que guardan secretos e historias como la Bahía de Alcúdia, una antigua bahía en donde fondeaban barcos en los tiempos antes de Cristo y que incluye una cueva vertical llamada Fuente de Ses Aiguades.

Por otro lado, la novela abre con un supuesto suicidio en unos escarpados acantilados de Mallorca que darían por cerrado si no fuera porque alguien alertó por teléfono al personal del hotel de que «Deus Mercurius mortuus est, ahora yace en el acantilado Mayor de Formentor». Y es aquí en donde entra en juego la misteriosa ley. 

¿Qué es la misteriosa ley? Creativo y apasionante es el argumento de La misteriosa ley de Alejandro Schittino porque a esta muerte se le suman otras con nombres de dioses romanos que nos van desconcertando mientras, en la isla, se respira un ambiente festivo por la celebración del Free Island, un importante festival que acogerá a grandes personalidades como el rey. ¿Será también un objetivo? No es hasta la mitad de la trama cuando alguien nos explica en qué consiste la misteriosa ley que, por cierto, existe en la realidad, y lejos de hacernos spoiler, nos anticipa todo lo que está por llegar. Si echamos cálculos, aún habrá más muertes

Debo reconocer que en esta novela he errado en el personaje que señalé como culpable, así que ha sido una doble ración de entretenimiento porque me ha sorprendido la resolución. 

La misteriosa ley de Alejandro Schittino no es en absoluto un argumento complicado ni una novela negrísima, sino un libro que consigue mezclar todos los ingredientes de una buena historia como la ambientación, los personajes y los misterios, y los ofrece de manera sencilla y entretenida con empaque y determinación. Es una obra para un público amplio de lectores que podrían disfrutar con ella. Si la olfatease cualquier editor, vería rápidamente su potencia comercial. 

Los personajes están muy bien construidos. No son personajes atormentados en exceso ni rencorosos, ni complejos psicológicamente, como suele ser habitual en las novelas negras, sino personas de a pie que se ven envueltas en unas circunstancias que les quedan grandes. Perfilados lo justo y coherentes con sus acciones, van enmascarando el secreto para llegar a ELLOS, a QUOD. Y es que aquí, querido lector, el latín tiene mucha importancia, pero no hace falta que seas ningún erudito, pues las pistas te conducen de manera fluida hasta el final de la trama y los personajes están tan desconcertados como tú ante este despliegue de mitología que tienen a bien de explicarte qué significa cada cosa, para poder entenderlo ellos mismos. 

La misteriosa ley de Alejandro Schittino es una novela sencilla, pero con mucho potencial, asentada en una misteriosa ley propuesta hace mucho tiempo en nuestro mundo y salpicada de muertes con nombres de dioses romanos, con la que recorremos las Islas Baleares buscando pistas y encontrando misterios. Una lectura perfecta y entretenida, para público amplio, que, como colofón, ha sido reeditada por el profesional Javier Arroyo para ofrecernos esta versión mejorada con portada y maquetación exquisitas, que será el nuevo diseño de la serie.

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