Lo que no dicen los muertos de José Manuel Fuentes Muñoz es una novela negra con mucha crítica social. Se desarrolla en un pueblo costero al sudeste del litoral mediterráneo español, Cabo de Palos. Varios narradores van desfilando por las páginas, hasta que convergen todos ellos en la trama. Gabriel busca redención, Libia, olvido, y Arturo el perdón.

Cuando comienzas a leer Lo que no dicen los muertos tienes que estar preparado. Es un inicio bastante duro y, además, desconcertante. Parecen piezas de un puzle que no sabes cómo van a ir encajando, pero que te golpean sin miramientos. De hecho, yo dejé de leer el libro tras los primeros capítulos, pero está tan bien escrito y planteaba un escenario que prometía algún tipo de justicia poética que lo retomé tiempo después y ya no pude soltarlo. 

Aún así, sostengo que no es un libro para sensibles. Hay asesinatos, sí, como en toda novela negra, pero no son estas muertes lo que te ponen los pelos de punta sino el sentimiento de indignación, injusticia y malestar provocado por los actos de algunos personajes. El juego psicológico que maneja José Manuel Fuentes es muy complejo, duro e impactante.

La recreación del ambiente mediterráneo en un entorno que, recordemos, suele ser paraje veraniego, pero que, a su vez, intuimos que en invierno se ensombrece como árbol sin hojas, es muy buena. Todos los elementos de la novela trabajan al unísono para crear la estructura perfecta. Para ser la obra de un escritor primerizo, es imposible no reconocer la gran labor que Fuentes ha hecho escribiendo esta historia. De hecho, según está publicado en varios sitios webs, se concibió en un primer momento como un guion de cine y pasó a ser posteriormente novela.

El final es para gustos, también. Por eso, repito, debemos prepararnos. El doble rasero que vamos destapando en toda la obra ya te advierte de que quizás las cosas se van a ir complicando aún más. 

Como estoy tocando, a propósito, por encima, Lo que no dicen los muertes, haré referencia a una línea argumental de la historia que aparece ya en su sinopsis. Libia, la mujer que busca olvido, es una abogada mediática por haber conseguido dejar en libertad a un grupo de depredadores sexuales conocidos como La Jauría. ¿Os suena? Porque dado que este mes se han sucedido en varias ciudades españolas distintas violaciones grupales, a mí no puede por menos que ponerme los pelos de punta estos temas. Usaría también otro adjetivo para la obra: explícita.

A destacar, también, los diálogos.

Lo que no dicen los muertes de José Manuel Fuentes Muñoz es una novela negrísima. Una ópera prima concebida como guion que ha resultado ser una gran novela. Si se sigue abriendo camino en esta línea, le augura un gran futuro. De argumento robusto, pero duro, con escenas explícitas y violentas, deja un sabor lector que una no sabe muy bien como catalogar, pero con la impresión de que el trabajo está bien hecho.