La novela histórica, al menos a mí, me parece un género seguro. Quiero decir que es bastante probable que me guste y me entretenga si está bien documentada y argumentada (es lo que me pasa con las novelas de Jose Vicente Alfaro, como El laberinto del hindú, que tengo reseñada en la web). Venganza en Tierra Firme de Leticia Tello se presenta como una novela de aventuras, de corte histórico, con bastantes peculiaridades propias, como la lucha contra los prejuicios de género.

Esta es una historia de piratas y se desarrolla, como no podía ser de otra manera, en el siglo de oro de la piratería, en el año del Señor 1667. Desde del puerto de Maracaibo, un galeón inglés surca las aguas del mar Caribe tras los pasos del bucanero francés más sanguinario, el Olonés. Esta figura histórica, además, es totalmente real. De hecho, Leticia Tello ha tenido que adaptar en parte el argumento para que coincida con la vida de este pirata. 

Siempre me ha parecido curioso que se escriba sobre personajes históricos poco conocidos (o, al menos, no tan conocidos como otros) porque estoy segura de que se sorprenderían mucho si alguien les contase que muchos años después formarían parte de una historia de ficción que se iba a comercializar y a leer. Napoleón, quizás, lo podía prever, pero seguro que el Olonés no. Así que, aquí viene el primer punto positivo, el de presentarnos a una figura, a un pirata, que muchos de nosotros desconocemos, y que dio bastante guerra en las aguas del Caribe.

La radiografía de este hombre es fabulosa, de hecho, suscita verdadero terror. Durante la historia, tenemos incluso la posibilidad de tenerlo como narrador en primera persona en unos capítulos que, aunque a mí me enlentecieron la obra, sirven para ahondar aún más en sus pensamientos y sus intereses. 

Pero hablemos de nuestra protagonista que, aún siendo de ficción, es el eje central de toda la trama. Ponce Baena, el Berberisco, no es otra que Carolina Arroyuelo. Ella misma, también en primera persona, se presenta en el prólogo. Y es ella misma, también, la que cuenta su historia. Leticia ha elegido, efectivamente, el narrador homodiegético para su novela. A veces, este tipo de narrador no sale bien, pero no ha sido el caso.

Carolina Arroyuelo o Ponce Baena, tiene una deuda que saldar con el Olonés y es por ello que se echa a los mares para dar caza a esta sanguinaria leyenda. Ella tiene en contra todo lo que tendría, en su situación, una mujer de la época. Un matrimonio de conveniencia al que debe atender, una posición de inferioridad como capitana de barco y unas tareas que cumplir y a las que amoldarse por el simple hecho de pertenecer a un género con unos estándares muy concretos. Sin embargo, como la propia Leticia Tello me dijo ya en alguna ocasión y como todos nosotros sabemos, hubo muchas mujeres piratas, pero la historia no habla tanto de ellas. Así pues, ¿por qué no iba a ser una de ellas Carolina Arroyuelo en Venganza en Tierra Firme?

La manera en que llega a ser capitana de barco y las principales dificultades que encuentra, así como ayudas, son bastantes coherentes. El carácter de Carolina está muy bien trabajado para que no nos sorprendan sus decisiones posteriores y, además, ya parte de una posición acomodada que le permite disponer de dineros suficientes como para hacerse con un, por ejemplo, galeón inglés. Posteriormente, la ambientación es otro de los grandes méritos de la autora. No solo el contexto histórico, trabajado hasta la médula, documentado hasta la saciedad, sino también los escenarios, que me consta que Leticia Tello ha trabajado sobre mapas antiguos. Además, es una verdadera delicia formar parte de la tripulación de este y otros barcos porque están perfectamente descritos y semánticamente narrados. No sé si esta última expresión que he utilizado tiene sentido, pero la jerga de navegación ha sido música para mis oídos.

Hablemos, por favor, del léxico. Pondría la frase en mayúscula si no fuera porque mi corrector ortotipográfico sufriría un infarto. El habla que usan los personajes son palabras y expresiones de la época. De verdad, qué maravilla. Jumentos, retemblar, lupanar, urca, bateles, bogar, «hacedme la merced»... Y, por supuesto, los territorios llevan su nombre de época también, como Maracaibo, que ahora sería la actual Venezuela. Solo por este baile de letras en el que nos sumerge Leticia Tello ya merece la pena leer Venganza en Tierra Firme. Además de las curiosidades que se aprenden, como cuántos hombres se necesitan realmente para disparar un cañón (en un barco) o datos históricos y pocos conocidos como las Leyes de Burgos, promulgadas por la Corona española, para velar por el buen tratamiento de los aborígenes.

La lectura es muy épica, llena de acción y aventuras y muchísimos datos de interés, además de la construcción literaria y la calidad narrativa que Leticia Tello ha imprimado a la misma. Sin embargo, comentaré algunos puntos algo más flojos desde mi punto de vista.

La compensación de los tiempos durante el desarrollo de la historia tiene algunas vías en la proa. Es decir, al inicio, por ejemplo, se masca una tragedia que, sin embargo, parece que se pasa por alto muy rápido en pro a otro de los problemas de Carolina, el matrimonio concertado al que tiene que hacer frente. Y sea como fuere, parece que al inicio, al igual que al final, se precipitan los acontecimientos mientras que en las partes centrales se enlentecen. Hay escenas en las que todo ocurre muy rápido y, después, otras a las que se les da demasiadas páginas. Ha habido fragmentos que podrían haber sobrado, como algunas partes narradas por el Olonés 

También tengo dudas con el final de Venganza en Tierra Firme, ya que se añade una historia final tras el enfrenamiento con el Olonés que resta importancia al momento cumbre y épico con el corsario. Este desplazamiento de la atención a otro conflicto final hizo que sintiese algo desinflada la trama porque se supone que el Olonés es la motivación de toda ella

Por otro lado, el choque con el corsario para mí debería haber sido más épico, pero la autora ha intentado enlazarlo con los hechos históricos de la muerte del mismo, así que entiendo la dificultad con la que se habrá encontrado. Visto de esta manera, lo ha resuelto bastante bien, pero se nota un poco el encaje de bolillos.

Por último, la medio historia de amor. Hay algunos coletazos de amor que, finalmente, quedan como romance secundario y, la verdad, como lectora esperaba más. Casi que prefiero que no me pongan los dientes largos si no se va a desarrollar esta parte de manera algo más elaborada. Pero es que a mí me gusta mucho encontrar amor intenso en los libros de cualquier género, así que entiéndase que este comentario como algo totalmente subjetivo. Lo que sería más objetivo es que que el romance queda a medio gas y no aporta nada a la trama, por lo que lo habría suprimido completamente.

A pesar de las anotaciones que hago sobre algunos puntos de Venganza en Tierra Firme de Leticia Tello, mi opinión de la novela es muy buena. Hay un trabajo de documentación y de ideación bárbaro detrás y Leticia Tello ha creado una historia de aventuras muy diferente, entretenida y sólida. Es como tener un libro sobre Piratas del Caribe, con muchos nuevos aportes y mejoras, para los amantes de los libros de piratas. Siento que va a ser una novela muy regalada estas Navidades. 


👉Ptss ptss, si sois más de piratas modernos, entonces podéis visitar la reseña que Javier Arroyo hizo a Federico Supervielle.