Dos voces en un corazón de Nohea Vandevelde es una propuesta de lectura diferente, especial, cálida y muy cuidada. Se trata de un relato bilingüe sobre lo que significa dejar atrás un hogar, visto desde los ojos de un niño. 

El cuidado de la historia contrasta directamente con el cuidado de la edición porque oh, por favor, necesito resaltar la edición en tapa dura, a doble columna y acompañada con un cuaderno de actividades para colorear que embellecen esta experiencia. Además, como ya he comentado, se trata de un relato bilingüe, por lo que vamos a encontrar la traducción al neerlandés en una de las dos columnas que acompañan a la historia. Si no me falla la memoria, la perfecta maquetación tanto de las ilustraciones del cuaderno de colorear como del libro es de Javier Arroyo

Dos voces en un corazón de Nohea Vandevelde tiene una pretensión noble: narrar, desde el punto de vista de un niño, la historia de una familia migrante. Desde el continente americano hasta el europeo, esta familia se traslada a causa de la situación política y social de su país y nos muestran con honestidad y amabilidad las cosas buenas y menos buenas de esta experiencia.

Hay muchas historias de inmigración, pero esta, en forma de cuento, es un paseo tranquilo, cuyo objetivo es hacerte sentir bien. Podría la autora regocijarse en las dificultades del migrante, pero elige poner el foco en las resiliencia y las cosas buenas que traen este salto al vacío. Eso es quizás lo que más me ha gustado de esta experiencia de lectura, que un libro que habla de hogares (los que se dejan y los nuevos que se construyen) se ha convertido en algo tan confortable que también ha sido un libro-hogar.

Durante la historia, tocamos distintos temas. Aunque sea un cuentito muy feelgood y amable, apunta a cuestiones que, sin revolcarse en ellas, nos harán pensar. Por ejemplo: qué siente la persona a la que todos miran cuando se traslada. También se entrevén miedos como el hecho de que viajar a otro país no tiene por qué cambiar una situación tal y como se espera. Que el hecho de migrar de un sitio a otro no es una garantía de éxito. Y esto me parece importante porque creo que cuando miramos a aquellos que emigran de su país y que ahora conviven con nosotros, creemos que les estamos regalando algo que nos pertenecía. Vigilamos suspicaces y pensamos que por haber llegado aquí tendrán la vida resuelta gracias a «nuestra» tierra, gobierno, seguridad social o lo que sea. Y cuán confundidos estamos. Al final de la partida todos, y repito, todos, estamos en igualdad de condiciones, aunque socialmente y gubernamentalmente e ideológicamente (y otros tantos «mentes») lo estropeemos.


«Para algunos, aún existía la percepción de que los inmigrantes eran una carga».


Incluso Nohea se atreve a hablar un poco de la presión económica, de la presión por encontrar trabajo que tienen los inmigrantes y de los gastos imprevistos que pueden aparecer.

Por otro lado, podemos preguntarnos por qué un relato bilingüe al neerlandés y la solución la tenemos en el propio texto. Esta familia latinoamericana se traslada a Holanda y, de hecho, gran parte de la historia nos narra también cómo es convivir con la barrera del lenguaje y cómo, en el caso de esta familia, fueron aprendiendo esta lengua. Esto además hila con la adaptación a otras tradiciones, culturas, rutinas y nuevas amistades que se van dando en otro país. 

Nos deja frases muy bonitas como: «La riqueza de nuestra comunidad residía en nuestra diversidad»

Conoceremos algunas comidas y aperitivos holandeses (¡con nombres muy pintorescos para quienes no conocemos el idioma!) y se dedica un pequeño espacio también al amor por la escritura que, supongo, que será toda una proyección de lo que la propia autora siente al escribir.

Por último, comentar que el cuaderno para colorear consta de un montón de escenas acogedoras extraídas de la historia en donde podemos poner cara a los personajes, lugares y, por qué no, sensaciones que esta historia nos hace tener. 

Me ha gustado pasar la tarde conociendo a esta bonita familia latina y ahora también holandesa en Dos voces en un corazón de Nohea Vandevelde. Una historia que se lee en una tarde y te hace pensar y sentir muy bien al mismo tiempo. Un libro hogar para cuando no tienes remedio que dejar atrás el tuyo propio. 

Bonito, bonito 😻