Debo reconocer que hablar de De ritos y conjeturas de José Antonio Castro Cebrián me es difícil porque escribo y superviso escrituras y tengo una personalidad múltiple para cada una de estas facetas. Por un lado, cuando escribo en mis ratos libres, siento que los consejos de escritura son una chorrada (disculpad mi falta de respeto). Y, por otro, porque como profesional de la industria, me paso el día aconsejando sobre cómo escribir o repasando lo escrito. Así que estoy jodida. Vamos a ver cómo encajamos esto.

De ritos y conjeturas es un pequeño librito (y lo de pequeño no es una metáfora) editado por La Jungla de las letras, una editorial (y ¡web de cultura! -No lo sabía-) que apunta maneras y que ha suscitado mi interés, que contiene un decálogo de consejos sobre el noble arte de la escritura creativa emitidos por José Antonio Castro Cebrián. El autor lo borda exponiendo una serie de cuestiones fundamentales a tener en cuenta a la hora de escribir una historia y lo hace con gracia y cercanía. A mí, al menos, me ha caído bien.

Mi opinión general sobre la obra es que escribir puede ser más interesante después de leer este libro. Pero vayamos por partes.

Para que os podáis hacer una idea general de los contenidos, os voy a contar algunas cosas que podéis encontrar en él (con una de ellas no estoy de acuerdo, a ver si adivináis cuál).


Escribe todos los días.

Una de las observaciones que José Antonio Castro Cebrián hace es la de escribir todos los días porque la escritura requiere mucha práctica. Yo soy más díscola y más dada a las musas clásicas, así que escribe cuando te apetezca de verdad. Es verdad que, por ejemplo, cuando uno comienza a hacer deporte, prefiere tirarse por la ventana antes que levantarse del sofá para ir a correr en una cinta junto a dos motivados y sudados gym bro, pero que, sin embargo, si es capaz de superar esa primera barrera mental y comportamental, después el gym bro será él. Partiendo de esta premisa, si se escribe todos los días, se creará un hábito. Pero esto dependerá del tipo de persona que escriba. Escribir también va un poco de conocerse y creo que Castro estaría de acuerdo conmigo por algunas cosas que expone en su decálogo. 

Quizás el consejo sería: conoce tu rutina de escritura (conócete a ti mismo) y serle fiel.


El latido.

Esto me ha encantado y está incluido en el consejo anterior, el de escribir todos los días. Una cosa nos llevó a otra. Porque Castro Cebrián nos dice que encontrar lo que nos motiva escribir hará más fácil eso de escribir recurrentemente. Y ahí reside el latido, el alma y propósito de la narración (subrayo sus palabras).

Creo que llegados a este punto, que es el segundo de todo el librito, nos damos cuenta de que este decálogo no es meramente técnico ni académico, sino también un poco personal. Y es que es imposible orientar sobre escritura sin salirnos un poco del guion. Sin hablar de cosas más profundas. 

Dice José Antonio: «La escritura es, ante todo, una acto de confianza».

No dice que es un acto de técnica, ¿verdad? Ni de práctica, si quiera. Va un poco de nosotros mismos. 

El título podría ser De ritos y conjuros. Porque escribir también es una fórmula mágica que aplicamos y nos auto aplicamos. 


Muestra, no cuentes.

Necesito traer a esta reseña la recomendación número 4 porque para mí es clave en todo proceso de escritura: no hagas un texto expositivo sobre el estado nervioso de un personaje (contar). Haz que se muerda las uñas, que le tiemble la pierna izquierda y que mire todo el rato hacia la puerta de salida (mostrar). 

Creo que esta es una de las cosas que más corrijo y en las que más oriento a los escritores con los que trabajo tanto como agente literaria como en evaluaciones de manuscritos, acompañamientos y otros. Y para mí que se contemple en De ritos y conjeturas ya me genera muchísima credibilidad para con este decálogo. 


Otros temas.

De ritos y conjeturas toca otros muchos temas, todos muy acertados. Además, remata como un decálogo como tal al final de sus páginas, para hacernos un recordatorio de todo lo que hemos leído. Habla sobre las metáforas, sobre los escenarios, sobre los finales (por supuesto), los personajes, los diálogos y hasta de las manías de alguno de los escritores clásicos más reconocidos. 

Me ha gustado que De ritos y conjeturas de José Antonio Castro Cebrián me recuerde a mí misma algunos puntos esenciales de la escritura (aunque me parezcan una chorrada cuando escribo) y contrastar, como profesional, todos aquellos faros (no solo los más técnicos, también los personales) que no debemos perder de vista cuando se está construyendo una historia. Es un librito (sí, sigo con el diminutivo y sí, sigue sin ser una metáfora) para leer en un par de tardes, tomar notas, ponerlo en práctica y debatir, incluso, con uno mismo o con los demás, sobre él. 

De ritos y conjeturas habla de escritura y, también, de vida. Úsalo como quieras. Y recuerda: escribe cuando te dé la gana.