«Eva, estoy cansado de que me vendan cursos». Estas fueron las palabras que detonaron la idea para esta publicación. En los últimos años, hemos asistido a un aumento de los llamados infoproductos como cursos para escritores, master class, libros que enseñan cómo hacer algo... Estamos en una era en la que podemos aprender por nosotros mismos acerca de muchísimas cuestiones sin movernos de nuestra casa. El problema es que cada vez son más los que venden «estas cuestiones» y no sabemos si lo hacen solo para sacar dinero, si realmente necesitamos aprender eso o, en el caso de que queramos adquirir tal conocimiento, cómo debemos distinguir el producto bueno del malo. 

En el caso que nos ocupa, también son muchos los infoproductos que podemos encontrar sobre escritura, edición y promoción de libros. Y, por eso, dado que me hallo en medio de esto, escucho a escritores constantemente decirme que están cansados de tanta oferta. A menudo me cuesta dar una respuesta acertada porque yo no ofrezco infoproductos, mi labor va por otros derroteros, pero los consumo y creo en su valor, pero, como todo, creo en ello en su justa medida, así que, he invitado a una gran maestra cuya experiencia y éxito le precede, ya que Ana González Duque no solo enseña, sino también demuestra que se puede vivir de la escritura y que se pueden hacer las cosas bien. 

Promoción libros cursos escritores

Advierto, este artículo no pretende alabar las bondades de los infoproductos para luego venderte un infoproducto. Traigo este post precisamente porque Ana y yo trabajamos de de formas opuestas, ella enseñando y yo asumiendo las responsabilidades de edición y promoción. ¿Qué es más eficaz? ¿Contratar a alguien para hacer una promoción de un mes (mi labor) o aprender a hacer promoción en general (su labor)? Vamos a abordar estas y otras cuestiones. 

¿Cómo y en qué puedes ayudar Ana González Duque a los escritores?

«Lo que hago es enseñar a los escritores a manejar las herramientas que internet pone a nuestro alcance para poder formar esa audiencia de lectores necesaria y a hacerlo sin errores que dañen su marca personal»

¿Cómo y en qué puede ayudar La Reina Lectora a los escritores?

Creamos proyectos creativos para promocionar las obras de escritores durante un mes o durante el tiempo que se requiera para conseguir un objetivo. Por ejemplo, son habituales nuestros planes de marketing para el Premio literario de Amazon o para lanzamientos de libros autopublicados o de editorial tradicional. También hacemos prensa, representamos autores y realizamos consultorías individuales (Ana también las ofrece).

¿Cuáles son las principales dudas que suelen plantear los escritores a Ana? 

La principal pregunta (que por eso es la que está en la master class de MOLPE) es «¿tengo una novela y ahora qué?». Esa pregunta no se responde igual a todo el mundo porque depende mucho de los objetivos que el escritor tenga. Pero generalmente el escritor novel no se plantea que tiene que tener lectores que le lean hasta que termina la novela y se da cuenta de que no se vende más allá de su círculo de familiares y amigos. 

¿Cuáles son las principales dudas que plantean los escritores a La Reina Lectora?

Por aquí, las preguntas más habituales son: «¿Editorial tradicional o autopublicación?», seguida de, «Cómo consigo posicionarme en la plataforma de Amazon»«Cómo vendo más libros»«Cómo consigo más lectores». Estos son los principales problemas que tenemos que solucionar. Aunque, en los últimos años, también llegan a nosotros muchos escritores para que les saquemos de situaciones poco favorables en las que han acabado metidos. Lo más habitual es el típico contrato de edición estafa. 

Ana González Duque tiene muchos recursos, como la plataforma de cursos de MOLPE, para que los escritores aprendan a desarrollarse en su carrera literaria. 

¿Por qué y en qué deberían formarse los escritores según ella?

En las tres patas del escritor emprendedor: escritura, edición y promoción. Me temo que la segunda y la tercera son materias que internet nos ha impuesto. La primera es la base. Siempre digo que empecé a aprender a escribir cuando me empezaron a corregir. Formarse en edición es fundamental si quieres autopublicar. Autoeditar (es decir, hacerlo todo en plan Juan Palomo, incluida la corrección) no me parece una buena idea porque no puedes ser bueno en todo y desde luego, no puedes corregirte a ti mismo (necesitas un ojo externo y te das cuenta de ello la primera vez que te editan). Pero además formarse en cómo aprovechar lo que internet pone en nuestras manos para atraer a los lectores es fundamental, tanto si eres autopublicado como si publicas con editorial tradicional. Estas no tienen tiempo de promocionarte más allá de los dos primeros meses. 

La Reina Lectora, ofrece distintos planes para escritores que tocan marca personal, proyectos con lectores, estrategias de ventas... 

¿Por dónde debería comenzar un escritor/a?

Personalmente, siempre, por una evaluación de su propia situación, para lo que viene muy bien una asesoría o un primer contacto con nosotros. Esto, y espero que no sea contraproducente para mí lo que voy a decir a continuación 😜, suele ser algo por lo que no cobramos al autor ya que, normalmente, forma parte de nuestra labor encontrar qué es lo primero que necesita el escritor para ofrecerle ese servicio en concreto (siempre y cuando no quiera una asesoría simplemente). Pero, si un escritor prescindiese de un profesional, lo primero que le aconsejaría es que evalúe desde dónde parte, qué le falta, qué acciones ha hecho ya, qué le ha salido bien, qué le ha salido mal, qué recursos tiene y hacia dónde quiere ir. El típico de dónde vengo y hacia dónde voy.

Actualmente, estamos sobresaturados de cursos, libros y otros infoproductos para enseñar cosas. 

¿Cómo podemos distinguir los que realmente merecen la pena de los que no?

Ana:

Hay una cosa ineludible que es la autoridad. Cuando veas que alguien da un curso, primero mira qué es lo que ha hecho esa persona, por qué tiene autoridad reconocida para darlo. Me hace gracia que alguien que no ha escrito nunca nada, ni ha publicado jamás, se ponga a dar cursos de escritura creativa. Siempre hay que buscar gente que tenga experiencia en lo que enseña. 

La Reina Lectora:

Estoy completamente de acuerdo con Ana. Al final, cuando alguien es un referente en su campo, se sabe por qué. Esto es algo que se detecta rápido. A mí también me gusta recomendar que se fijen en el tipo de atención que van a recibir (¿recibirán cierta atención personalizada? ¿Podrán, al menos, solventar dudas?) y si el infoproducto está actualizado. Muchos están creados desde hace años, pero los tiempos cambian, y lo más respetuoso para los clientes es que constantemente se esté revisando su contenido. 

También, esta saturación menoscaba un poco la confianza de los escritores hacia los profesionales porque cualquier cosa que se ofrezca gratis parece un reclamo para venderte algo después. ¿Qué opinas sobre esto?

Ana:

El modelo Freemium es un modelo que funciona bien. Tú puedes probar parte del contenido gratis, ver si te encaja la forma de trabajar de esa persona y luego, si quieres, unirte al de pago. 

Creo que la gente tiene que ser consciente de que el «todo gratis» no existe, que el tiempo es algo muy valioso. Me parece increíble cuando la gente se da de baja de las newsletters porque «quieren venderle algo». Pues claro, hombre, no está trabajando ahí gratis porque le guste tu cara. Es por eso por lo que existe el pirateo, porque hay personas que se creen con derecho a tomar gratis lo que les apetezca sin valorar el trabajo que hay detrás. 

La Reina Lectora:

Yo, en parte, empatizo con este cansancio generalizado, más que nada porque hay mucho bombardeo y porque la mayoría de contenidos y estrategias que me vengo encontrando últimamente son muy parecidos, por lo que me cuesta sentir atracción por ciertos infoproductos, pero estoy de acuerdo en que no somos niños recién nacidos, sabemos que la gente tiene negocios, viven de ellos y que intentan llegar a ti a través de distintas estrategias. Si hay una master class que te llama mucho la atención, apúntate a ella, disfruta de lo que ofrece (debo reconocer que la mayoría siempre me han parecido muy valiosa, siempre dan contenido de valor) y no te enfades si al final hay una versión extendida de pago. Te están ofreciendo algo, pero no te están obligando a comprarlo. Creo que esta sería la filosofía que tenemos que asimilar: los profesionales a los que nos acercamos nos van a ofrecer cosas y nosotros decidimos si tomarlo

En uno de sus últimos newsletters, Ana comentaba que hacer campañas de marketing de una semana o un mes es invasivo. Sin embargo, la labor de La Reina Lectora consiste en esto. 

Ana:

Es que hay dos formas de hacer marketing: el marketing de irrupción y el marketing del permiso. El marketing de irrupción es el de toda la vida, la publicidad tradicional, los anuncios. Se puede hacer una campaña de marketing de una semana o de un mes y, si eres creativo y la haces bien, funciona en la gente que esté interesada en el tema que publicitas, pero también impacta en mucha gente que no lo está, que no son los lectores objetivo de esa campaña. Eso es lo que ocurre con los anuncios de la televisión por ejemplo. 

El marketing del permiso, que es el que yo animo a hacer a los escritores, no tiene nada que ver con esto. Se trata de ir desarrollando poco a poco una relación de confianza basada en los contenidos que aportan valor. Por ejemplo, en mi blog de autora, todos los meses envío una newsletter —un café— en el que comparto con mis lectores novedades del campo de la fantasía juvenil y la comedia romántica (que son los géneros que escribo) y sorteo un ejemplar de estos géneros. Planteo una pregunta, que me suelen responder, les cuento lo que estoy leyendo… en fin, una conversación. No me limito a decir «compra mi libro». 

Está claro que en el lanzamiento de una novela hay que ser un poco invasivo para que se entere todo el mundo, pero cuando ya existe una relación con tus lectores, te lo disculpan, porque saben que no es lo habitual. Y te ayudan a difundir la novela.  

La Reina Lectora:

Yo debo reconocer que siempre he sido poco dada a la parte más técnica del marketing, por eso no sabía qué era un marketing de irrupción o de permiso. Para mí solo existe un marketing: el que mezcla autenticidad, respeto, creatividad y  comunidad. Estas cuatro cosas, las apliques en un mes o en una semana, nunca son invasivas. Me explico:

La autenticidad: Que la persona, ya sea la que te promociona o el propio escritor/a, sea ella misma. Que no juegue a algo que no es lo suyo, sino que ponga en práctica todos sus talentos, lo que se le da bien, aquello por lo que brilla. Por ejemplo, en mi caso, el SEO no se me da bien. Por lo que no puedo ofrecer a un escritor, por ejemplo, posicionar su web. En general, la teoría del marketing no se me da bien, mirar estadísticas, esconder enlaces de manera estratégica, usar palabras clave... Lo mío siempre ha sido mucho más intuitivo. Sí se me da bien saber qué necesita una persona en un momento concreto y aplicarlo. También, intuir cómo funcionan cosas como el Premio de Amazon, el ranking de Amazon... Hay que reconocer a qué cosas no llegas o no te gustan, y si no te gusta, no fuerces. Un escritor o escritora debería ser igual, saber en qué se sienten cómodos, por ejemplo, a la hora de promocionar un libro (siempre hay algo en lo que se pueden sentir cómodos) y potenciarlo. Te compran por quién eres, pero debes saber quién eres. Así que nuestras campañas sacan lo mejor de la persona y también sacan esas cosas de mí que quienes me conocen ya saben cuáles son (un torbellino disperso de actividades cruzadas entre sí llenas de montajes cuquis y mensajes amorosos).

El respeto: Imprescindible. Cuando vamos a exponer información al mundo y más si esa información es de tipo comercial, el respeto es fundamental. Vende algo en lo que creas. Vende algo que funcione. Vende algo que tú comprarías.

La creatividad: Mi bandera. El eje central de La Reina Lectora. De hecho, La Reina nació de la creatividad, la de mi pareja, que la pintó un día de forma distraído mientras veía algún partido en la tele y no sabía que aquello iba a ser mi vida entera. No sé hacer las cosas de una manera que no sea creativa. Cuando un libro llega a mis manos, incluso cuando lo hace para una labor tan estructural y formal como una búsqueda editorial tradicional, en mi cabeza se disparan mil y unas maneras de jugar con ese libro, de presentarlo de forma distinta, de hacer una fiesta de él. Aprovecho (y esta parte se me está haciendo larga, lo siento) para dar las gracias porque sin los escritores y escritoras que forman parte de esto, mil ideas moriría en mi cabeza y yo moriría un poco con ellas, así que gracias. Pero, nada que nazca de un impulso creativo, de una verdadera necesidad de entregar al mundo una idea bonita, puede ser invasivo, porque yo creo que la creatividad es alegría y esa alegría es siempre bienvenida.

La comunidad: El marketing al final es comunidad. Uno no puede hacer marketing solo. El marketing son aliados, son amigos, son fans, son otros compañeros de trabajo... Hay que aprender (es lo que Ana os decía más arriba sobre la relación de confianza) a crear comunidad, a compartir y a no competir porque ante ellos nunca parecerás invasivo/a.

Ya sea desde la formación o desde la acción directa a través de campañas, hay elementos comunes que hacen que las cosas salgan bien. ¿Cuáles serían?

Ana:

La confianza es el elemento fundamental. Cuando tú has demostrado la calidad de lo que haces, es más fácil vender. Por eso, es normal que cuando sacas nueva novela notes un tirón de ventas de las anteriores, porque el lector al que le gusta uno de tus libros ha ido a ver si hay más de eso que le gusta. Yo lo hago siempre :D.

Pero también influyen la creatividad, la originalidad… y sobre todo el saber a quién te diriges, saber quién es el lector objetivo. El respeto, como decías antes, es fundamental. 

La Reina Lectora:

El entusiasmo y todo lo que ha dicho Ana. Si yo no hiciese las campañas de marketing entusiasmada, a quien estoy vendiendo, se darían cuenta. Y creedme, por mucho que se enmascare, la gente se da cuenta. Somos más intuitivos de lo que creemos. Podemos detectar estas cosas rápidamente. Igual que detectamos cuando un escritor, por ejemplo, está inseguro con su novela. Si te tiras a la piscina, tírate con todo, como el loco que solo él está escuchando la música. El entusiasmo se contagia. Por mis manos han pasado escritores que no eran capaz de vender ni un solo libro y que se sorprenden porque yo sí lo hago. O, ellos mismos, de repente, al entender qué es lo que nos conecta y nos mueve para comprar y vender, han vendido en una semana más que en toda su vida. 

También la confianza, que la otra persona sepa que se puede fiar de ti. Por poner un ejemplo tonto (que, en verdad, no es tan tonto), si un libro llega en mal estado (a mí me ha pasado mandar libros en papel de Proyecto Crysser y que el cartero lo haya maltratado a más no poder), que el lector sepa que estás ahí para responder y reponerle otro. Gestos pequeños que dicen cosas grandes de quien está al otro lado.

Y, por último, la originalidad. Es difícil encontrarla y no hay que rozar lo extravagante tampoco, pero un poquito de brilli brilli de vez en cuando mola muhco.

Por último, un tip extra: ¿algún consejo para que los escritores se enfrenten con la cuesta de enero u otros meses malos a la hora de vender sus libros? 

Ana:

Me temo que enero es un mes terrible para la venta de libros, lo mismo que agosto. El primer año de vivir de los libros me pilló desprevenida. Ahora ya ahorro vacas gordas previendo las flacas. Mi consejo es que no se estresen y ahorren fuerzas para febrero. Aún así, yo acabo de sacar el primer libro deMOLPEditorial en enero y va muy bien por el momento, así que creo que todo es cuestión de valorar riesgos y beneficios.

La Reina Lectora:

A mí no me gusta pensar en meses malos por una cuestión de supervivencia: en los meses más difíciles en cuanto a ventas, también tengo que trabajar y que vender los libros de mis autores, ¡así que positivismo! 

Según mi experiencia, todo es reinventarse. Por ejemplo, este mes, entre mis libros (16€/unidad) y los de otro escritor con el que estoy trabajando (20€/unidad), hemos llegado a la cantidad de 300 ejemplares vendidos en papel entre ambos. Al final, quien te quiere bien, te va a comprar hasta en el apocalipsis zombie. Los meses malos se pueden reinventar. 

En general, y tras charlar con Ana sobre los recursos que los escritores tienen a su disposición, no hay un servicio ideal y mágico, sino un servicio que se va a adaptar a las necesidades y posibilidades de un escritor/a en un momento concreto. De hecho, incluso me arriesgo a decir que tanto aprender como delegar van a ayudarte en el proceso. Un escritor/a formado/a tiene más recursos y poder sobre su obra, además, va a evitar algo que vengo viendo desde hace años: estafas, engaños, caminos incorrectos, fallos en la publicación de su obra... Aprender empodera y yo siempre lo recomendaré. Pero, también, dejar ciertas tareas en manos de un profesional agiliza mucho el proceso y puede sacarte del estancamiento de forma rápida, para que tú luego puedas ir caminando de forma más ligera. Ya os dije que no me gustan los extremos ni los excesos, así que me mojo y digo que lo mejor es equilibrar.

La Reina Lectora