Que arda esta casa con nosotros dentro es la nueva apuesta de Libros Cúpulas escrita por el actor y escritor Mario de la Rosa. Las llamas de fuego de las letras del título aparecen en los escaparates de las librerías como si de la primera edición de Alas de hierro se tratase. Parece que está siendo otro fenómeno nacional. De hecho, el otro día me sorprendí a mí misma hojeando un pequeño libreto con los primeros capítulos de la novela que descansaba sobre el mostrador de El corte inglés aunque para entonces yo ya me había leído el libro. Desde luego, Que arda esta casa con nosotros dentro tiene algo de magnético. Quizás es su provocador título.

La obra de Mario de la Rosa está catalogada como el thriller más imprevisible del año, así como el más sensual. Yo suelo ser algo más comedida, pero diré que es explosiva a  muchos niveles

Lo primero que quiero comentar sobre Que arda esta casa con nosotros dentro es que para mí no es un libro rápido, pero sí intenso. En este caso, el estilo narrativo del autor es más pausado y exploratorio, lo cual no es algo malo. Si atendemos de manera literal a la definición de thriller, el género en el que está catalogado, que hace referencia a la alta tensión emocional y a los giros argumentales, Mario de la Rosa sí que sacaría sobresaliente con esta novela porque tiene todos estos ingredientes. 


¿Giros argumentales o figuras geométricas complejas?

Que arda esta casa con nosotros dentro trata sobre dos personas que se encuentran en mitad de la interpretación de un papel, literal y metafóricamente. Literal porque Bianca, una de nuestras protagonistas, cuya relación de pareja está un poco en ruinas, está ensayando un papel para su próxima obra de teatro. Metafóricamente porque ¿acaso no interpretamos todos distintos personajes en nuestra vida? Solo que algunos son más peligrosos que otros. Álex irrumpe en el círculo privado de Bianca como experto en escenas de lucha y la química se desata rápidamente entre ellos. Mientras tanto, la pareja de Bianca se halla en otro país europeo llevando a cabo un demandante y millonario trabajo mientras una extraña organización se dedica, en otra parte del continente, a hacer desaparecer a ciertas personas del mapa. 

Me costó ubicarme en todo este complejo escenario hasta llegar, más o menos, a la página ciento y algo. Esto me pone de mal humor porque soy muy impaciente, ya me lo dice mi pareja continuamente cuando nos ponemos a ver alguna película. Por mí, comenzaría todos los libros por el final. Pero tampoco soy tan valiente como para hacerlo. El caso es que en Que arda esta casa con nosotros dentro tenemos muchas piezas desperdigadas por el tablero que tardan en cruzarse. Hasta entonces, sobre todo, hay tensión sexual o solo lo de sexual. Pero cuando lo hacen... ¡Bum! Se vienen bastantes giros y todo evoluciona hasta una figura geométrica compleja.


Aquí hace mucho calor.

No sé si es por la fajilla tan anaranjada, por los reflejos que la luz arranca de las letras de la portada o porque hay mucho sudor compartido entre los protagonistas, pero en esta novela hace bastante calor. Supongo que aquí, además, hace falta hablar sobre el estilo narrativo del autor.

Algo que me ha sorprendido de Que arda esta casa con nosotros dentro es que es muy poética, a pesar de tener estas pretensiones de thriller y novela de suspense. Lejos del estilo de frase corta y directa de libros como La chica del tren, Mario de la Rosa juega con las palabras, las pone bonitas, las llena de emocionalidad, tensa y destensa, acaricia y manosea. Todo esto se nota. Cuando lees la novela, lo notas. La obra está concebida despacio y con pasión, como si al autor también le ardiese por dentro algo. Me imagino a Mario apagando un fuego interior a través de una escritura sin prisas porque, al fin y al cabo, todos los escritores son un poco bomberos

Que arda esta casa con nosotros dentro es una obra de alto voltaje. Hay mucho sexo, muy explícito. Hay violencia. Hay traición. Hay pasado y muertes. Hay secretos. Hay amor. Hay drogas. Hay todas esas cosas que desequilibran el mundo. 

Por eso hace mucho, mucho calor.


Solo las cenizas nos harán reflexionar.

A veces pienso que solo cuando se llega al límite, también se llega a una verdadera reflexión. Por eso este tipo de novelas, con situaciones extremas, sacan muchos temas a pasear. 

No sé si me ha llegado a caer bien realmente con ningún personaje, quizás Álex, aunque me queda la duda de si he entendido correctamente su pasado. La trama más geopolítica se me ha escapado un poco, pero siempre me gusta el típico personaje que parece que puede con todo. Y ese sin duda es Álex. Creo que la psicología está muy bien construida porque Mario no solo les pone cuerpo a los personajes, sino también alma, y todo parece menos ficción dentro de la ficción. 

He llegado a apreciar el libro por su precisa construcción de cualquier nimio detalle, tanto de la psicología de los personajes como de la ambientación, documentación para la trama de acción o cualquier otro rasgo narrativo, así como por su poesía. 

Y creo que se cierra de forma correcta. Que los secundarios pasan a ser los principales y que no todo se resuelve para bien, pero que deja un sentimiento de satisfacción en el lector.


No dejen de revisar la novela.

Debe ser muy difícil llegar a un estado definitivo de manuscrito y lo sé por experiencia porque trabajo en algo así, pero he encontrado bastantes errores repetidos a lo largo de la lectura que tienen que ver, sobre todo, con la puntuación de los diálogos (ausencias de guiones). Estoy segura de que las siguientes galeradas ya habrán solucionado este problema, pero como lectora y profesional de la industria lo veo necesario a anotar.


Que arda esta casa con nosotros dentro.

El término arder entraña tantas cosas que podríamos hacer varias publicaciones sobre el tema, pero Mario de la Rosa ha dado su propia visión de este verbo en una novela sugerente y provocadora que creo que va a tener una gran variedad de opiniones. A mí me ha sorprendido sobre todo el estilo más poético de la misma, ya que no deja de ser una novela de acción, así como la sensualidad y emocionalidad que se enmarca entre sus páginas. A su vez, creo que la documentación que hay detrás de Que arda esta casa con nosotros dentro es bestial y que merece un aplauso por la precisión con la que encajan todas sus piezas. No sé si se convertirá en mi thriller del año, pero sí en lo más ardiente que he leído hasta el momento, y no solo me refiero al terreno sexual. Pues todos los personajes están rodeados de llamas.