reseña del libro cuentos y recuerdos del viejo lulot de j f acroll

Jonás está perdido, como tú, como yo. No te hagas el tonto. Que estás perdido. Y por eso vienes en busca de relatos de sirenas, brujas y lobos para sentirte mejor (aunque advierto que este no es un libro feelgood como La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez). 

J. F. Acroll tiene dos libros cortos de fantasía (por cierto, el último libro de fantasía del que tengo reseña en la web es Fata) que nos sirven para repensarnos y, con suerte, salvarnos, de nuestras mentes inquietas. Del que hoy te quiero hablar es de Cuentos y recuerdos del viejo Lulot, una obra que el autor escribió en los cafés de París. Más bohemio no se puede ser. Sin embargo, ambientó la historia en un banco de Granada, el mismo banco en donde, todos los días, el viejo Lulot se sienta para pasar las horas.


«Cada rayo de sol que bañaba el bosque perseguía un propósito. Supo que cada gota de rocío tenía un fin, y que cada golpe de brisa era una parte del destino».


Así comienza la historia. Jonás es un joven que está buscando su lugar en el mundo. Arrastra consigo cargas familiares y personales que le llevan hasta el banco de un parque en un día de sol. En él se encuentra un viejo gruñón que le obliga a acompañarlo en el recorrido de otros bancos a medida que van pasando las horas. De tal manera, visitamos el banco de las 11, de las 12, de la 1... Y, por fin, el viejo Lulot, comienza a contar sus historias

Esto me parece una forma ingeniosa de introducir los relatos porque, por ejemplo, en otros libros que he leído y que me han encantado, como Vacíos y otras taras de Ana Porras, no tienen ningún hilo conductor entre relato y relato, sino que es como un inventario de historias breves.

Las historias en Cuentos y recuerdos del viejo Lulot son, por tanto, las que estructuran el libro, pero ordenadas, a su vez, por el gran protagonista: el anciano. Hay cuatro: El mapa de los sueños de la bruja Celeste, El lobo de semblante de piedra que anhelaba el perdón de la luna, La fábula de la sirena a la que las olas le rompían en el alma y La balada del eterno viajero. No sé por qué el autor ha puesto títulos tan largos, pero merecen mucho la pena. J. F. Acroll esconde una profunda enseñanza en medio de un cuento de fantasía muy, pero que muy elaborado, con un estilo poético muy fuerte. Aquí está la gran peculiaridad del libro, que las historias de fantasía se convierten en enseñanzas de autoayuda (un libro de autoayuda como tal sería, por ejemplo, el de Cristina Soria, Renuévate) y que, además, usan un lenguaje pomposo y unas ambientaciones muy detalladas que no casan, en absoluto, con lo que sería el capítulo de un libro de desarrollo personal, pero que persiguen un fin parecido y nos entretienen muchísimo. La única pega que le voy a poner a Cuentos y recuerdos del viejo Lulot, sin embargo, es que J. F. Acroll se revuelca muchísimo en el estilo lírico del texto y, a veces, queda excesivo. Por lo demás, chapó.

También quiero señalar que el autor tiene unos dibujos muy particulares entre las páginas, creados por él mismo, de estilo abstracto y de naturaleza magnética, que a mí, personalmente, me conectan con algo muy profundo de mi Ser. Serían todo lo contrario a los dibujos de 72 kilos (Un libro contigo), que suponen una explosión de color, pero precisamente esa desnudez que encuentro de los dibujos de Acroll, es lo que más me gusta, porque parecen que no te piden nada y te lo dan todo.

CUENTOS Y RECUERDOS DEL VIEJO LULOT

Volviendo a la historia, mi cuento favorito ha sido El mapa de los sueños de la bruja Celeste, pues en él no solo averiguamos de dónde provienen las brujas (yo que tú tendría cuidado en las noches de lluvias de estrellas), sino que también aprendemos a valorar el camino, y no tanto la meta, así como a trazar nuestro propio mapa personal. Toda la mitología que se inventa J. F. me parece extraordinaria. Creo que mostrar un mundo tan rico y una imaginación tan desbordante en solo 92 páginas es un logro al alcance de pocos y siento a Acroll muy cómodo en este género narrativo. 

Cuentos y recuerdos del viejo Lulot de J. F. Acroll es una obra corta, compuesta por una serie de relatos narrados por el propio anciano que nos ayudan a entender la vida y a entendernos a nosotros mismos un poquito mejor. Además, nos sumergimos en ellos en clave fantástica con una poesía inigualable propia de su autor, muy cómodo en el género y muy buen entendedor de la vida.

Este libro me ha recordado también a:

Y si quieres conocer más sobre J. F. Acroll y el por qué de sus obras, puedes leer el primer número de nuestra revista literaria en donde tenemos un especial junto a él.

blog de reseñas de libros la reina lectora